Hace seis meses, antes de parecerse, tuve que parir muchos dolores y muchos miedos. yo necesitaba estar nueva, limpia, desnuda de cuerpo y alma para recibirte como tú merecía y así fue. Trabajamos juntas un día entero-con la presencia amable y maravillosa de papá y descubrí una fuerza que nunca imaginé que tendría: en unas horas fui capaz de transformarme y redescubrir completamente y entonces usted llegó, con su olor dulce y caliente y yo, te recibí diciendo: "Hola, mi amor. ¡Hola, mi linda lo conseguimos! ".

A partir de ahí necesitábamos reconectarnos, así como estábamos por aquel cordón umbilical largo, que el papá cortó cuando paró de pulsar. Tan pronto como pude te di el pecho y los dos estábamos aún torpes, no sabíamos muy bien qué hacer. Durante algún tiempo dolió, lastimó, sangró e hizo herida y oyó muchas veces (y de personas tan queridas) que no era suficiente, que mi leche era débil (como podría si me descubrí entera y fuerte?), Que no te sostenía, que mamás todo el tiempo porque sentía hambre. No entendían que un vínculo inexplicable se hacía más fuerte cada vez que usted aspiraba, que nos miraba, nos acariciábamos, nos amábamos allí, siendo una de la otra. Persistimos y acabó el dolor, sólo quedó la confianza y la creencia en un poder que viene desde el principio de la humanidad: así como fui capaz de gestar y pararse, sería capaz de ser su sustento, su alimento de la carne y del alma.

Hoy cumplimos seis meses de lactancia exclusiva en libre demanda, seis meses trabajando juntas una vez más y seis meses de un amor que, como usted fue gestado, parido y alimentado, día tras día. Y lo que tengo que decirte es lo mismo que te dije mientras te recibía por primera vez en mis brazos: ¡nosotros conseguimos, mi amor! juntas conseguimos.

Mañana comienza una nueva fase en nuestras vidas. hoy no - hoy quiero aprovechar el último día siendo todo lo que usted necesita.

Ver también: Miedos de una Madre Novata - Psicóloga Ariela Malaquias

Fotos: Acervo Personal