El nacimiento de un niño es ciertamente un momento de mucha alegría para los padres. Una nueva vida naciendo y una nueva fase en la vida de todos a punto de empezar. Pero ese momento también está marcado por la gran preocupación en cómo cuidar al bebé, principalmente cuando se habla de salud.

Las madres de primer viaje se desesperan fácilmente con cualquier cambio en la salud del hijo, lo que es bastante comprensible, ya que diversas enfermedades pueden afectar a los bebés de forma grave, como es el caso de la poliomielitis.

Una de las grandes aliadas para la salud de los bebés es sin duda la vacuna, que viene erradicando enfermedades y previniendo que otras avanzan desde hace mucho tiempo. Y una de las enfermedades que se pueden evitar con el uso de una vacuna es la poliomielitis. Conozca aquí cuáles son sus principales causas, sus síntomas, tratamientos y las consecuencias que la enfermedad puede dejar.

¿Qué es la Poliomielitis??

La poliomielitis es una enfermedad infectocontagiosa causada por un virus llamado Poliovirus. Este virus afecta los nervios de la persona infectada, pudiendo causar parálisis. A pesar de ser llamada parálisis infantil, una vez que el virus alcanza mucho más fácilmente niños menores de 4 años, también puede alcanzar a los adultos.

A pesar de ser muy conocido por causar la parálisis infantil, existe un tipo de poliomielitis no paralítica, que puede alcanzar a la persona sin dejar esas grandes secuelas. La transmisión del virus se realiza de persona a persona a través de la boca o de contacto con heces.

Por esta razón, la enfermedad fue un factor gran problema en lugares donde el saneamiento básico era precario, ya que muchas personas tenían contacto con agua y alimento que contenían las bacterias fecales con el Poliovirus.

La poliomielitis ya ha sido erradicada en muchos países donde la vacuna contra la enfermedad es obligatoria, incluyendo a Brasil, que tuvo su último caso registrado en 1989. Aún así, la enfermedad sigue siendo una realidad en algunos países de África y Asia.

Causas de la Poliomielitis

La enfermedad es causada principalmente por el contacto con otra persona contaminada a través de moco, gotitas de saliva, catarro o por alimentos y agua contaminados. Por esa razón, la concientización de la higienización siempre fue un arma importante en la lucha contra la poliomielitis.

El virus normalmente entra por la boca o la nariz, extendiéndose por el sistema digestivo y luego por el torrente sanguíneo, pudiendo incluso alcanzar el cerebro de la persona infectada. Cuando el Poliovirus logra alcanzar el sistema nervioso, puede destruir neuronas y hacer que los miembros inferiores de la persona pierdan totalmente los movimientos. En casos aún más graves, el virus también puede llevar a la muerte.

Síntomas de la Poliomielitis

Hay varios síntomas comunes tanto la poliomielitis paralítica cuando la no paralítica. La gran diferencia, es que en el caso de la paralítica, la persona normalmente presenta pérdida de reflejos y dolores musculares intensos, señales de que la parálisis está sucediendo. Otros síntomas son:

  • vómito
  • fiebre
  • fatiga
  • Debilidad Muscular
  • Garganta inflamada
  • meningitis

Es claro que un diagnóstico debe ser dado por un médico antes de estar seguro de que la persona está infectada con el Poliovirus.

Tratamiento de la Poliomielitis

No existe un tratamiento específico para la poliomielitis, ya que se trata de una infección viral. Sin embargo, es necesario que tomamos diversos cuidados para que las posibilidades de complicaciones de la enfermedad disminuyan y para que la recuperación natural del cuerpo se acelere. Los principales cuidados son:

  • Uso de analgésicos
  • Ventiladores para auxiliar en la respiración
  • Reposo absoluto para disminuir la posibilidad de parálisis
  • Dieta Nutritiva
  • Supervisión médica

Con estos cuidados que se toman, la enfermedad puede ser curada de forma más rápida y las posibilidades de parálisis del niño disminuyen considerablemente. Sin embargo, lo ideal es que las medidas preventivas eviten que un tratamiento sea necesario.

Prevención de la Poliomielitis

La prevención contra la enfermedad se realiza principalmente a través de la vacuna, que, cuando se aplica correctamente, impide que el virus entre en el cuerpo de la persona y que cause todos sus efectos. Hay dos vacunas que se pueden tomar contra la poliomielitis, pero también hay un factor muy importante para que el virus no se propague: La concientización. La prevención, entonces, cuenta con:

  • Vacuna VPO-Sabin
  • Vacuna Salk
  • de la higiene

Vacuna VPO-Sabin

Es la vacuna que consta en el calendario básico de vacunación, la famosa vacuna de la gota. Se debe aplicar en varias dosis. Primero a los 2 meses de edad, entonces a los 2, 4, 6 y 15. Hasta los 5 años de edad, los niños deben tomar dosis de refuerzo cada año.

Vacuna Salk

Salk es un tipo diferente de vacuna, que se aplica por vía intramuscular e indicada para personas con baja inmunidad o para personas que viajen a países donde el Poliovirus todavía está activo.

Conscientización de la Higiene

Además de las vacunas, que son extremadamente eficientes para prevenir que el Poliovirus llegue a las personas, un segundo tipo de prevención también es muy necesario, que es exactamente la concientización de la población de la importancia de la higiene.

Por supuesto, ese es un trabajo que debe construirse con el gobierno y la población en conjunto, para que la gente entiende cómo el virus se extiende y comprende importancia de ciertos hábitos como no caminar bajar en regiones donde hay alcantarillado a cielo abierto y siempre lavarse las manos antes de las comidas y al ir al baño.

Aunque no es algo fácil, ese tipo de concientización también fue un factor muy importante para acabar con la poliomielitis, principalmente en países como Brasil, donde la población pobre es alta.

A pesar de haber sido erradicada en diversas partes del mundo, siempre debemos recordar que la poliomielitis todavía existe y que la vacuna contra esta enfermedad es una de las actitudes más importantes que debemos tomar al cuidar la salud de nuestros hijos. Sin dosis regulares de la vacuna, el niño puede ser más vulnerable y susceptible al virus.

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Foto: Ayuntamiento de Belo Horizonte