La deshidratación es un problema grave que consiste en la pérdida excesiva de líquidos corporales, ya sea a través de sudor, vómito o diarrea. Cuando esta pérdida no se controla, puede impedir que las funciones del cuerpo funcionen normalmente, por lo que es de extrema importancia ver los síntomas de deshidratación. Es un problema que puede alcanzar todas las edades, pero que presenta un riesgo mayor para los niños, principalmente recién nacidos y lactantes. La deshidratación se desarrolla cuando el cuerpo pierde una cantidad muy grande de agua y no ocurre la reposición suficiente a través de la ingestión de líquidos. Esta condición se clasifica con una enfermedad de grado leve, moderado y grave y debe ser tratada inmediatamente, pues la deshidratación grave puede llevar a la muerte.

Los principales motivos que pueden llevar a presentar los síntomas de deshidratación son la fiebre, el sudor excesivo ocasionado por algún problema de salud, esfuerzo físico o incluso con el calor en exceso, vómitos y diarreas y también en el caso de personas diabéticas que orinan con más frecuencia y beben lo suficiente de agua.

Los problemas con la deshidratación del bebé también comienzan durante el embarazo. Es común la gestante presentar cuadros de deshidratación, primero por ingerir una cantidad muy baja de agua y segundo por orinar varias veces y no suplir esa falta. Este cuadro puede generar problemas como disminución del líquido amniótico y ser necesaria internación para control, corriendo riesgos de parto prematuro y sufrimiento fetal. Síntomas como mareo, náuseas, dolores fuertes en la cabeza y los labios agrietados son signos evidentes.

Los problemas de presión arterial en la gestación también pueden conducir a desarrollar síntomas de deshidratación. Las náuseas del primer trimestre también pueden ser responsables de una gran pérdida de líquido, que debe ser suplida a través de bebidas saludables como agua, jugo de frutas y agua de coco. Los principales síntomas de deshidratación leve a moderada son sed excesiva, boca seca, piel reseca, la ausencia de sudor y lágrimas, además de la fatiga y los ojos fondos. En casos más graves el paciente puede venir a presentar pérdida de conciencia, amnesia, convulsiones y al agravarse la quiebra múltiple de órganos llegando a la muerte.

Deshidratación Infantil como Evitar y Tratar

Como ya citado anteriormente la mayor franja de riesgo de este problema son los niños, ya que la deshidratación infantil puede actuar de forma severa y rápida en el organismo del niño si no se trata con rapidez. Miles de niños mueren anualmente por falta de cuidados e incluso de prevención donde son hábitos tan simples y que deberían estar en la rutina de todo ser humano.

En el caso de niños y bebés el principal motivo que lleva a la deshidratación infantil es la diarrea y los vómitos descontrolados. Normalmente los bebés y los niños pequeños suelen presentar varias veces cuadros de diarrea a lo largo de la infancia debido al nacimiento de los dientes, la reacción de las vacunas e incluso las infecciones virales y bacterianas. Esto debido a su inmunidad, como todavía es muy baja principalmente en el calor, donde las virosis ocurren con más frecuencia.

Cuando no se trata correctamente, la pérdida de líquido muy rápida puede conducir a un cuadro de deshidratación. Para ello, se indica la ingesta de líquido en forma de agua, jugo, sopas y alimentarse de comidas menos grasas y más ligeras para restablecer la salud del niño rápidamente.

Otras opciones para ayudar en la hidratación de niños y bebés son suero casero que puede ser hecho en casa o encontrado a través de soluciones con sabores en las farmacias y droguerías facilitando la aceptación. Agua de coco, tés, leche principalmente el materno son los únicos tratamientos para la deshidratación infantil.

Para evitar que llegue la situación más agravante, el agua debe ser ofrecida varias veces al día a los niños, principalmente en días más cálidos, evitando así cuadros evolutivos de deshidratación. A los 6 meses de vida, la leche materna suplir las necesidades totales del bebé tanto en forma de alimento como de agua para hidratar, no siendo necesaria complementación. En caso de ser necesario, lleve a su hijo a una pronta atención para hidratación intravenosa, el suero en la vena tiene un efecto inmediato y es esencial en casos de virutas agudas que acometer a los niños.

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Foto: Lindsey G