Una de las arduas tareas de ser mamá y papá es encarar cada problema de salud con garra y determinación hasta ver su pimpollo completamente curado. Sin embargo, el 99% de los tratamientos ocurren con el uso de medicamentos que casi siempre no son bien aceptados por los niños que a la hora de tomar, acaban llorando, negándose a tragar, escupiendo y terminando dejando los papales bien nerviosos. Por eso vamos a tratar de facilitar la vida de los papas dando algunos consejos de cómo dar remedio para el niño de una forma más tranquila.

En los padres tomamos siempre muchos cuidados para preservar la salud de los pequeños, pero no siempre todos los cuidados son suficientes para mantenerlos alejados de algunas enfermedades, virus y bacterias, principalmente si ya están en fase escolar y tienen contacto con varios niños aumentando aún más la facilidad de contraer. Y también una hora u otra el niño se enferma, así como nosotros adultos. Pero el problema no es ese, al final siempre supimos que esto podría suceder cuando decidimos ser padres, ¿no es así? Incluso nunca estando preparados para ello. Pero el problema es a la hora de tratar y la dificultad en la aceptación de los niños para tomar remedio.

Primero, es bueno siempre alertar de la importancia y de los peligros de un remedio. Que fue desarrollado para auxiliar en la mejora de un problema de salud, pero si se utiliza indebidamente puede causar daños serios a la salud del niño, en algunos casos llevando hasta la muerte. Por eso el primer paso es siempre seguir las recomendaciones medicas y jamás dar algo porque la vecina, la cuñada, la prima o cualquiera que sea la persona haya indicado. Al final no es porque el remedio hizo efecto en el hijo de la prima que curará el problema del tuyo. Los organismos son diferentes, las enfermedades también y los tratamientos también son diversos y sólo deben ser prescritos por un médico después de la evaluación del niño y del cuadro.

En segundo paso muy importante, conocer la dosis correcta del medicamento. Cada medicamento tiene la dosis específica para la cantidad de peso del paciente y debe ser seguido de forma rigurosa. Después de la evaluación medica y confirmación del peso del niño, el médico recetará medicamento adecuado para el tratamiento y la dosificación adecuada, que puede indicar las opciones para la edad, entre comprimidos, gotas y jarabes y sabores diferentes, quien sabe hasta facilitando la vida de la mamá a la hora de dar el remedio para niño. Al final, todo lo que tiene un sabor más agradable tiene una mejor aceptación entre los pequeños. Además de la dosificación correcta, horarios deben ser respetados también, por lo que anote de preferencia en la cajita del remedio los horarios de la próxima dosis para que no se pierda y dé indebidamente.

Todo medicamento viene dentro de su caja un dosificador o medida para facilitar la vida de los papales y de esa forma no dar la dosis indebida. Leer el bula también es una forma de entender y confirmar todas las exigencias y recomendaciones del medico sobre la dosificación y motivo del remedio para cada tipo de enfermedad y problema de salud.

Consejos y trucos para conseguir el remedio para los niños

Explicamos todos los detalles importantes sobre dar el remedio para niños con seguridad, pero ya la hora de finalizar el procedimiento y hacer que se trague? Rs Es un tal de correr, llorar, gritar y coger la boca que las mamás ya estamos acostumbrados con toda esa escenificación. Pero hay algunos trucos que pueden ayudar en ese momento y hacer que tomen la medicación sin cara fea y mejor, que ni sepan que están tomando. La mejor táctica para dar el remedio para niños es mezclar en algún alimento, líquido o en la propia comida. Sin embargo, se debe cuestionar al médico si el medicamento en cuestión puede ofrecerse de esta forma y en qué tipo de alimento se recomienda. Por lo general, diluido en un poco de leche o en un comprimido, amasado y mezclado en la comida. Pero algunos no se pueden mezclar a algún componente, que puede cortar el efecto por lo que siempre es bueno confirmar.

La mejor forma de dar remedio a los niños en forma líquida o jarabe, principalmente para aquellos que no aceptan tan bien, es a través de una jeringa. Algunos medicamentos ya cambiaron el viejo copito dosificador, por la jeringa justamente pensando en esa facilidad. Es sólo tomar la dosificación correcta, sostener al niño e inyectar dentro de la boca haciéndola tragar. ¿Hablando así parece ser fácil no? Rs Pero no es no !! Niños o bebés que no aceptan tomar el medicamento, incluso en la jeringa, en el vaso o en la forma que va a llorar. Entonces la mejor manera es contar con la ayuda de otra persona que pueda sostener las manos, y colocar la jeringa en la entrada de la boca de forma que el líquido entre en el lateral, en la parte de las mejillas.

Presionar ligeramente las mejillas abriendo un poco la boca hará que el niño no pueda escupir el remedio. Otra sugerencia es dar una pequeña asoprada en la cara del niño, que hará que tenga el reflejo de tragar y no tenga tiempo de poner fuera. Si incluso con los trucos no consigue dar la medicación solicitada por el médico, tal vez la salida sea tomar de forma inyectable. La mayoría de los niños también tienen mucho miedo a la inyección, pero el problema se soluciona en una sola vez. ¡Nunca, jamás se burlen de su hijo para aceptar el remedio! Una buena conversación explicando el motivo por el que tiene que tomar debe ser suficiente para que él entienda y haga cambios y chantajes para que él acepte, no es saludable!!

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Foto: Liza, Tracy Russell