Entre los miles de cuidados que tenemos que enseñar a los niños y hacer que se convierten en hábitos diarios y de costumbre después de cada comida, el cepillado de los dientes tiene extrema importancia para evitar la caries dental. Los cuidados deben ser iniciados incluso cuando bebes antes de que los dientes de leche aparezcan, haciendo que el bebé acostumbre con el hábito de la higienización bucal.

La caries es uno de los problemas más comunes del mundo y cuando se descubre al principio tiene fácil tratamiento y no ofrece dolor, al contrario si deja el problema extenderse por mucho tiempo. Las caries dentales son pequeños orificios en los dientes causados ​​por la acción de bacterias existentes en la boca que actúan en la descomposición del diente. Los dientes están cubiertos por una capa de esmalte que tiene por función proteger los dientes de las acciones externas y si por alguna razón se pierde esa protección los dientes quedan expuestos a la acción de los gérmenes. El ataque es hecho en toda composición dental iniciándose con un pequeño agujero en el diente y si no tratado a tiempo puede llegar a destruir todo el diente, ocurriendo la pérdida del diente.

Lo que no todas las personas saben es que la caries dental es considerada una enfermedad y peor infecciosa y considerada transmisible, por lo que todo el cuidado es poco. La acumulación de residuos alimentarios junto a la saliva y las bacterias habituales de la boca forman placas en los dientes, más comunes en los dientes molares traseros y que si no se retiran debidamente se tornan tártaros, donde ocurre a la proliferación de las bacterias responsables del surgimiento de la caries. Las placas encontradas en el diente generan ácidos que disuelven y dañan completamente el esmalte de protección de los dientes. Este acontecimiento no suele generar dolor o sensibilidad a los dientes, excepto cuando la caries ya ha alcanzado los nervios internos o el diente ya está fracturado. Otro síntoma muy aparente de la caries dental es mal aliento y la hinchazón de la encía.

Caries dentales en los niños

La caries dental en niños o caries de biberón como se llama en los niños y bebés más pequeños, es la caries generada en muchas ocasiones por el hábito del bebé o el niño de dormir tomando biberón. La ingesta de líquidos azucarados en este momento hace que el azúcar se aloja en los dientes permitiendo la invasión y proliferación de bacterias causantes de la caries. Es importante advertir que incluso la leche materna y las fórmulas que sustituyen poseen en su composición azúcar.

La caries en niños puede generar incómodas, dolores y en algunos casos hasta la pérdida de los dientes que puede resultar más allá de toda la situación, constreñimiento por la falta de los dientes o daño de los mismos y afectar la autoestima conforme van creciendo. Al afectar la salud de los dientes de leche, los dientes permanentes también pueden ser afectados en algunos casos ocurriendo un mal posicionamiento de los permanentes que nacerán totalmente torcidos. Por eso cuando se descubre, un dentista debe ser buscado para evaluar la situación y el tratamiento adecuado cuanto antes.

La mejor forma de evitar la caries en los niños es enseñar a tener buenos hábitos de higiene y excluir de su rutina todo lo que pueda obstaculizar ese hábito. A la hora de dormir, cree una nueva rutina descartando la ida del biberón o del "tete" a la cama o cuna. Si le gusta tomar la leche que haga antes de acostarse, cepille los dientes debidamente y sólo después vaya a dormir. Si la costumbre para dormir es el biberón, en lugar de líquidos azucarados o la propia leche pura introduce agua que no ofrece ningún riesgo a los dientes. Para los niños que tienen la costumbre de pasar el día con el biberón y tomar todos los líquidos en ella, también debe ser evitado.

Haga higiene bucal a cada terminación de las comidas, aunque sea sólo el consumo de un jugo, té o refrigerante. En el caso de los bebés haga la limpieza con la ayuda de un pañal de tela humedecida o gasa, o con la ayuda de cepillos dentales para bebé. Para los niños mayores la higiene debe ser realizada con el cepillo de dientes con cerdas suaves, pasta de dientes apropiada y si el dentista encuentra necesario la complementación con flúor infantil. La salud de los dientes de nuestros hijos dependen sólo de nosotros y de las enseñanzas que les damos. Un bebé acostumbrado a hacer su higiene bucal crecerá acostumbrado con esa rutina sin mayores trastornos y desgastes y llevará esos hábitos a lo largo de su vida.

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Foto: Alejandro Lopez, Adam Baker