Cada día más vemos diversos casos de violencia infantil en el mundo, sea por total ignorancia de los adultos que lo rodean o por pura maldad. Actualmente el caso es más abordado y tomado en serio que en los tiempos antiguos, por haber aumentado los casos o porque se están concientizando?

Se considera violencia infantil cuando padres o adultos responsables por aquel niño o cualquier adulto de la convivencia del menor sea niñera, profesor, tíos o parientes practique agresiones psicológicas, físicas o incluso sexuales sacudiendo y causando daños no sólo físicos, sino psicológicos en el niño. La mayoría de los casos ocurre en hogares de padres alcohólicos, adictos a drogas o con trastornos psicológicos, que suelen causar negligencias o imprudencias en el actuar con sus hijos o niños, cometiendo atrocidades como si fuera algo natural.

Diferentes tipos de violencia contra el niño

Cuando pensamos en violencia infantil ya imaginamos a un niño cogiendo, siendo golpeada. Pero esa no es la única forma de que un menor sea agredido y tenga su vida sacudida por el resto de su vida. A través de los insultos, las palizas y las amenazas diarias la vida de un niño puede quedar marcada y generar un adulto inseguro, lleno de traumas, disturbios psicológicos y cuando no agresivo y poniendo en práctica todo lo que recibió de la vida a lo largo de los años.

La violencia doméstica

De todos los casos, la violencia doméstica es apuntada como de mayor índice en el mundo. También se considera como tortura psicológica, los padres o adultos responsables del menor deprecian y desaprueban todas las acciones del niño, bloqueando su voluntad de actuar y de querer conseguir algo, causando gran inseguridad en todas las áreas de la vida. Muchos casos son seguidos de amenazas de abandono y agresión física generando niños con miedo, inseguridad, agresividad y sacudidas psicológicamente. Se considera violencia física cualquier acto que alcance el cuerpo de un niño con agresividad, sea una palmada en el bumbum o agresiones con objetos que puedan causar hematomas.

Violencia Sexual:

Considerada violencia sexual el acto entre un adulto y un niño, teniendo como objetivo el adulto estimular el menor sexualmente o por objetivo practicar cualquier estímulo o acto sexual con el mismo. Provocando lesiones genitales, sangrados, hematomas o excoriaciones en diversas regiones del cuerpo. Los niños víctimas de violencia sexual suelen presentar indicadores de actos sexuales, ya sea por gestos, por el modo de actuar con otros niños o incluso relatando el hecho como algo natural y rutinario. Suelen sufrir con pesadillas nocturnas, tener comportamiento agresivo y sentir temores con el contacto de otros adultos.

Crecen con comportamiento inseguro y tienden a alejarse de la convivencia humana, con miedo de lo que pueden sufrir. Se presentan dificultades en las relaciones amorosas y en ambientes profesionales lo que acaba agravando aún más la situación, si no consigue acompañamiento psicológico desde el principio. Muchas familias tienden a ocultar los casos para que no se vuelvan públicos y acaban dejando de lado la posible recuperación del niño, lo que dificulta aún más la rehabilitación al paso del tiempo.

Violencia por negligencia:

El hecho de omisión en el cuidado infantil también se encuadra en violencia. Los padres o tutores son responsables de todos los cuidados infantiles, sean alimentos, de vestimenta, educativa y emocional. Se constatan casos de total descuido alimentario, siendo encontrados niños hambrientos, sin el mínimo de higiene del cuerpo y de la residencia. Ropa inmunda, casas repletas de basura y niños expuestos a diversos tipos de enfermedades y riesgos. En ese caso, el 90% son relatos de hogares que tienen frente a adultos alcohólicos o adictos a las drogas, que dejan de aparecer por días dejando al niño a su propia suerte.

Muchos casos incluso pueden ser evitados a través de quejas, y que se ha convertido en un desencuentro más triste. Desafortunadamente la violencia infantil doméstica puede ser fatal, muchos niños pierden sus vidas diariamente por el descuido de sus padres y responsables, muchas son agredidas verbalmente, físicamente y sexualmente y tienen sus sueños destruidos por adultos inconsecuentes. Muchos de estos pequeños tienen el carácter destruido, sus sueños desgarrados y sus futuros brillantes desechados como polvo por el despreparo de tantos adultos de lidiar con un niño. Por el egoísmo de pensar en sí mismos y de dejar a alguien tan dependiente a merced de la suerte o por tratar a un niño como basura cuando se debería dar solamente amor, cariño y atención.

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Foto: Oxfam International, Henning Mühlinghaus