¡La maternidad nos vuelve del revés! La exageración? ¡No! Pregunte a cualquier mujer recién parida, ella estará de acuerdo en el género, el número y el grado. Esto es porque hay cosas que suceden en la fase posterior al parto que no somos conscientes ni preparadas antes de esta fase de extrema adaptación entre ser madre y cuidar de un bebé y el no reconocimiento de su propio cuerpo.

El cambio durante el embarazo fue muy grande. ¡Sus senos cambiar, la barriga más aún! Una vez que el bebé nace, sentimos una falta inmensa de la barriga. Es como si repentinamente, nos hubiéramos transformado en otra persona en un parpadeo de ojos del día para la noche. En un día el bebé está dentro de nosotros, podemos sentirlo y proteger, en el otro, tenemos que adivinar el por qué del llanto, lo que el bebé quiere? Porque él llora? Tenemos que aprender a dar de mamar, adaptar con la nueva situación y todo eso, con mucha gente (mucho) queriendo visitarnos y conocer al más nuevo miembro de la familia. Todo esto sin contar las horas de sueño perdidas por la nueva mamá, las incómodas de la lactancia inicial, los dolores del post parto ...

Es amiga, los primeros días del bebé después de la transformación de la gestante en finalmente madre, pueden no ser tan simples como. Algunas personas pueden no entenderlo y eso es más común de lo que se imagina. Usted puede oír de todo, incluso que no está preparada para ser madre, pero quién está 100% preparada? Las dudas surgir, esa es una de las certezas de la vida. Incluso en los profesionales de la zona que se convierten en madres, la maternidad puede tomar de forma! En la casa de herrero el asador es de palo.

No siempre se mira en el espejo después del parto puede gradarse. Para algunas mujeres, lo más importante en este momento es que ocurra todo bien, pero para otras, ver la barriga flácida y vacía, puede moverse mucho con lo psicológico. Las manchas de la gestación todavía están allí, a veces las estrías evidentes, los senos mayores por el descenso de la leche. Usted no cabe más en las ropas antiguas y las de gestante ya están anchas. La identidad corporal puede quedar muy perdida. Nosotros mismos podemos no identificarnos por un período poco después del parto. Las hormonas dan una buena ayuda para que esta fase de adaptación sea algo confusa y tumultuosa. Además de todas las novedades que están sucediendo, todavía es posible que la caída brusca de todas las hormonas del embarazo haga que usted se siente triste, abandonado (incluso con muchas personas alrededor), mal entendido y estresado.

Cómo hacer frente a esta transformación?

Cuando pienso en posparto, una situación me viene a la cabeza: Me sentía caliente, sudada, sucia, pegajosa, descabelada, fea, hinchada y con sueño. Los puntos que llevé ardían un poco, repentían bastante, era notorio la incomodidad. Melissa nació el viernes, tuvimos alta el domingo y el lunes, no eran ni 9 de la mañana derecha y la primera visita del día ya estaba golpeando a la puerta. Me sentía mal por el parto hace apenas 2 días, las noches en el hospital no fueron nada fáciles! Pero sí, recibía mis visitas de sonrisa amplia en la cara y con satisfacción entregaba los recuerdos hechos con tanto amor.

¿Como eso? Como lo logré todo destruido por la súper transformación que acababa de pasar? Enfrenté mis fantasmas de frente. Sabía que de esa forma, que incluso recién parida, me desdoblando para cuidar de un RN y dos hijos mayores, tendría que dejar todo de lado para concentrarme sólo en lo que era realmente necesario en aquel momento, aun deseando abrazar el mundo como antes.

Aunque no ha sido fácil, he intentado dejar el cuidado con el bebé en primer lugar y el cuerpo volver al lugar naturalmente sin neuros. No me miraba en el espejo cada hora para percibir lo que había cambiado en mí o no. ¿Qué me adelantaría quedarse lamentando por la mala forma temporal que tenía? Me lamentar por tener poco leche? La manera era estimular para que él descendiera cada vez más y el bebé pudiera mamar también. Dolor? ¡Si, mucha! Y incómodos también, pero buscaba tomar la medicación religiosamente para no tener que sentir el 100% de ella y así llevaba mis días a pesar de los dolores de estómago que las medicaciones me causaban. También conseguí separar los de cada visita, programar el máximo de personas posible para no tener sorpresas y la casa llena de gente hablando y hablando sin parar. De hecho, me tensó menos.

Obviamente el baby blues me cogió, lloraba por falta del marido cuando él estaba trabajando pero agradecía por tener a mi madre junto conmigo en los momentos de necesidad. Fui prácticamente obligada a dormir la primera noche en casa, ya que en la maternidad no conseguí predicar los ojos por estar sola con el bebé. Intenté no lamentarme por cada cosa que creía que estaba equivocada y fuera de lugar. Por cada visita que venía en horarios dudosos y también que quedaban largos tiempos en la visita. Casa? ¡Dejé de punta cabeza! Después de todo, esta no era la prioridad de la vez. Mi suerte que tenía a alguien con quien contar y si usted no tiene? Convoque a alguien para ayudarle, ni que tenga que pagar. ¿Ah no tiene condiciones? Bote el marido, la suegra, cuñada, vecina, amiga ... ¡Si te ofrecen ayuda no rechazar! Usted va a necesitar, va por mí. Los primeros días son los más difíciles y cuanto más ayuda mejor, principalmente con las visitas.

Tratar con las dificultades iniciales de la maternidad puede no ser muy fácil. Pero tenemos que intentarlo. Por otra parte, es más fácil conseguir driblar todas las dificultades que llorando la muerte de la cabrita. De lo que afirma reclamar? El tren es arremangar las mangas y cuidar de una criaturita que nos ha traído el mayor sentimiento del mundo! Busque sumergirse de cabeza en el cuidado del bebé, conozca lo más profundamente posible su hijo que acaba de llegar, y, poco a poco, las cosas empiezan a entrar en el lugar. Con un mes después del parto, las cosas estarán mucho mejor, mucho más tranquilas. El cuerpo no será tan aterrador como en la primera semana posparto, y los niños que ya tienen están acostumbrados a la nueva rutina. Por otra parte, la nueva rutina es la que más influye en la vida de una recién parida. Haz de ella a tu mejor amiga, así conseguiste conciliar todo: alimentación, baño, casa, ropa, cuidado del bebé, lactancia, compromisos ... Es fundamental establecer horarios para todo y huir de la desesperación de no haber conseguido ni ir al baño con calma.

No dejes que el pesimismo y el desánimo te atrapen, después de 15 días de posparto, el bebé blues ya se ha ido, pero si te sientes sin fuerzas para el lugar, habla con tu médico. Esto puede ser un indicio de que las cosas no son legales, y sólo quien puede determinar la hora de pedir ayuda es usted misma. Ser madre es la mayor, mejor o peor transformación de su vida, usted decide cómo quiere vivir.

Ver también: Visitas al Recién Nacido - Manual Básico de Etiqueta

Foto: Archivo Personal