Hay una diferencia profunda entre el hombre común y un guerrero, y no tiene nada ver con fuerza o habilidad, sino sobre su visión del mundo. Mientras el hombre común maldice sus problemas, obstáculos, y los días malos que todos tenemos, el guerrero ve todo eso como un gran desafío.

El guerrero y el cobarde

Hay dos hombres, uno, el guerrero, y otro común. Ambos inician su viaje con las mismas dificultades, rodeados de pobreza y debilidades. Pero, conforme el camino es recorrido, el guerrero comienza a ver esos obstáculos no como problemas, sino como desafíos, y como desafíos, él escoge verlos como oportunidades. Mientras tanto, el hombre común continúa comparando su vida con la de los otros, viendo sus obstáculos como injusticias de la vida.

Conforme la vida iba pasando, el guerrero creció, pero el hombre común, en general, continuó lo mismo.

El hombre común vive una vida insignificante, ya que no puede ver motivos para trabajar y correr detrás de sus objetivos. Sólo puede ver que el destino está contra él y que todo lo que haga va a ser la pérdida de tiempo. Él incluso intenta trabajar pesado, pero como no ve los resultados esperados en un corto período de tiempo, acaba desistiendo.

Por otro lado, el guerrero ve las cosas de una manera totalmente diferente. Él ve obstáculos como oportunidades para el crecimiento personal. Él ve el destino desfavorable como una oportunidad de conquista. Entonces, él lucha. Y cuando falla, sólo aprende nuevas lecciones para poder volver al trabajo lo más rápido posible.

Para él, la falta no era el final, sino meramente una lección de vida.

El hombre común se mantuvo insignificante. Mientras el guerrero crecía, se volvía más elegante, fuerte y resistente. Él se hizo autosuficiente. Él adquirió fibra. Él aprendió que cualquier viaje es, de hecho, una jornada. Entonces, mientras el hombre común trabajaba pesado por un tiempo, el guerrero trabajaba pesado todo el tiempo. Su trabajo nunca terminaba, así como las fallas siempre aparecían, pero luego desaparecían y el objetivo continuaba en el horizonte.

Al final de la historia, el hombre común que veía su vida sólo como azar y suerte, vivió con la represión de todos aquellos que tenían una situación mejor que él. Él se quedó cínico acerca de la sociedad. Él pensaba que el éxito y la felicidad era algo que usted tenía desde el nacimiento. Y que él, en la propia visión, no tenía poder para cambiar eso.

Y él se conformó y se acostumbró con esa visión. Él no podía ver el bueno de la vida, y odiaba a cualquier persona que pudiera vivir la vida que él esperaba tener, mientras que las posibilidades de una vida mejor siempre estuvo a su alcance, si él tenía una visión diferente.

El guerrero, logró conquistar muchas cosas en la vida. Vive su vida de los sueños, pero que tenía varios altos y bajos, y con MUCHO más fallas que el hombre común, pero con mucho más éxito y felicidad también. Incluso en sus momentos malos, él podía ver una luz, porque eso era simplemente una parte en el desafío constante que es la vida. Él se transformó en un hombre fuerte y con orgullo. La gente quería estar cerca de él. Su visión optimista era infecciosa. Él tenía más amigos que cualquier persona necesita. Mientras el hombre común se quedó solo en su propia miseria, el guerrero estaba acompañado por sus amigos, familia y su visión.

Independiente de su situación en la vida, usted tiene una oportunidad. Usted puede elegir ver la vida como el guerrero, como un desafío, o ver la vida como una serie de maldiciones. La clave está en su elección.

La elección de manera sabia mi amigo, pues su vida literalmente depende de eso.