Muchas personas piensan que los dolores musculares al día siguiente del ejercicio son sinónimo de crecimiento muscular, pero esto está lejos de ser el mejor medidor de progreso.

De hecho, los dolores musculares aparecen debido a los microtraumas y procesos inflamatorios causados ​​por el entrenamiento, sin embargo la intensidad o duración de los dolores no son indicadores de hipertrofia muscular, ya que pueden aparecer incluso con un simple cambio en el entrenamiento o por falta de adaptación (quedarse sin entrenar por un tiempo y luego volver).

Si los dolores, de hecho, fueran un marcador de progreso, sería algo extremadamente frustrante, ya que no todos tienen dolores en los días siguientes en determinados grupos musculares, como los hombros o la espalda. La mejor manera de medir el progreso siempre será la sobrecarga progresiva, o sea, conseguir levantar cada vez más carga en los ejercicios, semana tras semana. Esto sí es una señal innegable de que estás creciendo y haciéndote más fuerte.

Otra manera bastante efectiva es usar la cinta métrica con el cuerpo frío. A menos que utilice la cinta de manera equivocada, esta también es una manera mucho más confiable para averiguar si el entrenamiento está trayendo resultados o no.