Cada vez más las personas buscan en la actividad física una manera de mejorar sus componentes de la salud, con perder peso, mejorar su composición corporal, mejorar su fuerza y ​​su resistencia. Esto demuestra que cada vez más gente está tratando de ejercitarse no sólo para fines estéticos, sino para aumentar su funcionalidad, calidad de vida y longevidad. Con eso, saber los beneficios de cada tipo de entrenamiento y cómo usarlos de la mejor manera es fundamental.

Para que este artículo sea más didáctico, me centraré en tres tipos de ejercicios, que serán los aeróbicos, donde se encuadran la caminata, la carrera, la bicicleta, la natación, el transporte, etc. También voy a hablar de los ejercicios anaeróbicos, donde se enmarca la musculación, la mayoría de los ejercicios de Pilates, las luchas entre otros. Y para finalizar los ejercicios de flexibilidad, cerrando así con los principales componentes de la buena salud. La OMS define la salud como el completo bienestar físico, social y mental, y no sólo la ausencia de enfermedades, da entonces la importancia de ejercitarse, pues los tres pilares citados tienen mejoría con la práctica de actividades físicas.

Ejercicios aeróbicos

Los ejercicios aeróbicos tienen como principal función la mejora del sistema cardiovascular, con la consiguiente mejora de la circulación, dada por la mayor maleabilidad de los vasos y por la mejora del potencial cardíaco. Esto se debe a que estos ejercicios son de una duración más elevada y el corazón y los vasos hacen que la sangre rica en oxígeno llegue a los músculos, estos son mucho más solicitados. Además, los ejercicios aeróbicos promueven una relajación muscular y mental en el post ejercicio, además de ser una óptima manera de espaciar y colocar las ideas al día.

Ejercicios anaeróbicos

Por su parte, los ejercicios anaeróbicos, que tienen como principal componente la fuerza y ​​la explosión muscular, promueven un fortalecimiento de la musculatura y articular, aumentan la irrigación de los músculos y mejoran el tono muscular. Además, dada su intensidad más elevada, los ejercicios anaeróbicos promueven un aumento del metabolismo durante unas 15 horas después del final del ejercicio. Además, con músculos más grandes y más irrigados, el cuerpo gasta más energía para mantenerlos alimentados, y por lo tanto el metabolismo basal también sufre un considerable aumento. Además, con el fortalecimiento muscular y consecuente aumento de la masa magra y del metabolismo ocurre una pérdida de grasa corporal, aliada a una alimentación balanceada.

En cuanto a los ejercicios anaeróbicos es importante señalar que pueden ser utilizados para fines terapéuticos, como en el caso de algunos tratamientos de fisioterapia. Además, mejoran la postura (fortalecimiento de la columna lumbar y de los músculos interespisos, además de que el fortalecimiento evita lesiones articulares y estabiliza toda la musculatura.

Para completar, los ejercicios de flexibilidad promueven un aumento de la amplitud articular, mejora de la postura y una relajación muscular más fácil. Además, promueven una mejora de la autonomía en las actividades del día a día, factor este muy importante para personas con más de 40 años.

Estos son los beneficios de estos ejercicios, pero cómo organizarlos en nuestro día a día? ¿Cuál de ellos es más eficiente? Yo diría que un empalme de todos es el más indicado para quien busca mejorar su salud y autonomía. Una práctica que involucra por lo menos 2 sesiones semanales de ejercicios aeróbicos, por lo menos 30 minutos, aliada a otras 2 sesiones de ejercicios de fuerza, con ejercicios de flexibilidad en otro período, con certeza hará una gran diferencia en la salud de las personas. En definitiva, la salud tiene que ser prioridad en su vida, independientemente de su edad, cuidar de ella es fundamental para su calidad de vida y longevidad.