Entre miles de problemas que pueden ocurrir en la infancia, la catarata congénita es una de las principales causas de la ceguera infantil. En muchos casos no es percibido y diagnosticado precozmente causando ceguera total del niño por no recibir el tratamiento adecuado.

En los ojos existe una película llamada de cristalino, que es la lente natural que protege los ojos. Cualquier alteración en el cristalino ya detectado desde el nacimiento o después del parto se considera una catarata congénita.Por ser un problema grave que puede generar la ceguera total del niño es necesario encaminamiento inmediato para una reparación quirúrgica que hará que problemas mayores no ocurran, como es el caso de la pérdida total de la visión.

Cristalino del ojo cambiado

El problema puede ocurrir en los dos ojos o sólo en uno de los lados, pero el 64% de los casos aparecen en los dos ojos. No siempre es posible descubrir la causa de la existencia del problema, mientras que el 30% se produce debido problemas genéticos o hereditarios.

Algunos problemas de salud generados en el embarazo como es el caso de la rubéola, toxoplasmosis, varicela, sífilis y herpes cuando se contrae en período gestacional, puede desencadenar la catarata congénita en el feto ya diagnosticada en el momento del parto. Problemas y anomalías cromosómicas pueden ser responsables también por el trastorno o ser generada debido a problemas oculares como colobomas o la aniridia. El tratamiento es seguido básicamente por una intervención quirúrgica, donde deberá ser retirada o disminuida de forma que ocurra la obstrucción visual. Cuanto antes se realiza, más éxito tendrá el tratamiento.

Catarata Infantil

La catarata normalmente ocurre en personas de más edad siendo característica de ancianos por la sobreexposición a la luminosidad, pero puede ocurrir con cualquier grupo de edad. En los niños y adolescentes suelen surgir debido a la existencia de otras enfermedades que hagan que la catarata congénita se desarrolle. El problema generado no es sólo la opacificación del cristalino que es notado con facilidad, pero sí por la pérdida parcial visual que ocurre y que si no tratada debidamente causará la pérdida total de la visión. Por lo tanto los daños son más serios de lo que se imagina, no se trata sólo de estética.

Dividida en dos grupos, la catarata infantil puede suceder con el nacimiento que se llama catarata congénita o desarrollada con el tiempo que se reconoce como catarata adquirida. Puede aparecer en un lado de los ojos o en ambos lados. Cuanto mayor es la alteración del cristalino, menor es el grado de visión del niño, pues interfiere totalmente en la visión y la imagen que se pasa al cerebro. Los síntomas aparentes de la catarata infantil son leucocoria, que es aquella película blanca que encubre los ojos parcialmente o puede ocurrir en casos más graves totalmente. El estrabismo, la nistagmo y la microftalmia son también indicativos de la presencia de la catarata infantil.

Bebé con catarata en los dos ojos

El tratamiento para la catarata infantil depende mucho de la edad del niño, del estadio de la catarata, de la ubicación y del grado de compromiso de la visión. El diagnóstico ocurre a través del prueba del ojo que ocurre poco después del nacimiento y debe realizarse en todas las consultas al pediatra principalmente hasta completar el primer año de vida. El examen se realiza a través de un oftalmoscopio dentro de la sala oscura, donde se dirige una luz roja a una distancia de 20 cm en los ojos.

la ausencia del reflejo en los ojos indica la existencia de la catarata, que deberá ser investigado y analizado más detalladamente por un oftalmólogo que indicará la necesidad de una cirugía de reparación o tratamiento más adecuado al caso.

Los niños que hacen uso continuo de medicamentos como corticosteroides deben ser evaluados regularmente por oftalmólogos por estar dentro de indicativos para el desarrollo de glaucomas y cataratas. Cuanto antes se inicia el tratamiento, menor es la probabilidad de comprometimiento visual.

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Fotos: National Eye Institute, Orbis