popularmente conocida comotosis larga, la tos ferina es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa, transmitida por la bacteria Bordetella pertussis. La inflamación ocurre en los pulmones y las vías aéreas alcanzando la tráquea, lo que provoca una tos seca y persistente.

A pesar de ser una enfermedad considerada grave, es bajo el índice de muerte asociado a la tos ferina, pero los pocos casos registran en su mayoría muertes de bebés y niños. Por eso mismo, gestantes y mamás de niños pequeños deben vacunarse y cumplir el calendario de vacunación de su hijo para protegerse de ésta y de otras enfermedades con mayor incidencia en la infancia.

epidemiología

La tos ferina ya fue hace muchas décadas atrás principal causa de muerte de niños en el mundo conjunto. Con la llegada de la vacuna en 1940 estas cifras cayeron, convirtiéndose en una enfermedad controlada.

De acuerdo con datos divulgados por la OMS (organización Mundial de la Salud), desde 2010 el índice de incidencia de la enfermedad ha vuelto a tomar proporciones mayores, principalmente en América Latina. Las causas todavía son desconocidas, pero muchos factores están siendo evaluados para asignar los reales motivos.

La tos ferina puede llegar a personas de todas las edades, pero los daños más graves ocurren en niños menores de dos años y ancianos, pudiendo evolucionar hacia complicaciones neurológicas, hemorrágicas y pulmonares más severas.

Transmisión de la enfermedad

La bacteria Bordetella pertussis es altamente contagiosa. suficiente la persona infectada tosea para expulsar partículas contaminadas en el aire que al ser inhalada por cualquier otra persona - presente en un radio de hasta 1, 5 metros de distancia - puede contraer la tos ferina.

la transmisión por las manos, como ocurre en la mayoría de las enfermedades contagiosas de tracto respiratorio, es una de las grandes villanas, ya que las manos se llevan la boca y la nariz frecuentemente durante las crisis de tos.

Nada más eficaz para reducir el riesgo de contaminación que lavar siempre las manos con agua y jabón, una sugerencia muy antigua, pero sin duda superimportante para evitar esta y tantas otras enfermedades.

Síntomas de la tos ferina

Los primeros síntomas de la tos ferina se manifiestan después del período de incubación de la enfermedad que dura en promedio de 7 a 17 días. Las primeras señales son muy parecidas al inicio de un resfriado: nariz escurriendo, estornudos esporádicos y tos moderada, caracterizando la primera etapa de la enfermedad, conocida como etapa catarral.

Este cuadro puede permanecer por dos semanas para luego iniciar una etapa más agresiva, el paroxístico. Esta fase dura cerca de dos semanas. Provoca accesos de tosas espasmódicas breves y de inicio repentino.

Estos episodios se repiten a intervalos cada vez más cortos, provocando una inspiración profunda y mucha dificultad para respirar y un sonido agudo, una especie de silbato, característico de la tos ferina. En este momento, por el enorme esfuerzo y la respiración insuficiente, la cara puede quedar azulada y puede ocurrir vómito.

Cuánto tiempo los síntomas duran

En la etapa de convalecencia, generalmente a partir de la cuarta semana, los síntomas van desapareciendo hasta la mejora total del cuadro del paciente. Este es el momento de tener mucha paciencia y estar alerta principalmente durante la noche, momento en que las crisis son más recurrentes.

IMPORTANTE: Cualquier señal de deshidratación, falta de aire o cuadros más graves busque un hospital inmediatamente.

Cómo se realiza el diagnóstico de la tos ferina

Bueno, diagnosticar la tos ferina es de hecho complejo, ya que los síntomas iniciales son bien parecidos a los de otras enfermedades respiratorias. Por lo tanto, la mejor forma de saber si un acceso de tos persistente se trata de tos ferina, es consultar al médico de su confianza.

Cómo identificar si la tos es de tos ferina

El especialista a menudo sabe identificar la enfermedad sólo con examen clínico, observando la tos, que presenta características muy particulares de la tos ferina, diferentes de una tos de resfriado por ejemplo.

Los exámenes como el de sangre ayudan en la confirmación del diagnóstico, además de un examen más específico, que puede confirmar la existencia de la bacteria Bordetella pertussispor medio de un procedimiento simple, hecho en laboratorio, donde se recoge para análisis una muestra de la secreción nasal y de la garganta.

Después de la confirmación de la enfermedad

En caso de confirmar la enfermedad, algunos cuidados son esenciales para ayudar en el tratamiento y aumentar las posibilidades de una recuperación rápida y eficaz, sobre todo si es un niño que necesita aún más ayuda y cuidados.

Tratamiento de la tos ferina

Por ser una enfermedad de fácil contagio, el enfermo necesita quedarse en un ambiente aireado, sin contacto con otras personas durante la fase de transmisión de la enfermedad.

  • Separe las pertenencias personales como vaso, cubiertos, toalla de baño, para uso exclusivo del paciente.
  • Para evitar la deshidratación, ofrezca suficiente líquido: jugos naturales y mucha agua
  • Prepara comidas ligeras, en pocas cantidades, pero con intervalos más pequeños durante todo el día.
  • Lávese sus manos a menudo.

Por fin, si ocurren crisis más serias y tiene dudas, consulte a su médico o un hospital. En esas horas nos quedamos más tranquilos cuando estamos asistidos por expertos y recursos adecuados para cualquier emergencia.

Prevención es siempre el mejor tratamiento

El tratamiento de la tos ferina se realiza con antibióticos eficaces en cada fase de la enfermedad. Debe siempre estar bajo orientación médica, principalmente en niños que necesitan mayores cuidados.

La única forma de prevenir efectivamente contra la tos ferina es la vacunación. El Pentavalente es una vacuna obligatoria y distribuida gratuitamente en puestos de salud. Se aplica en tres dosis y como refuerzo más dos hasta los 4 años. La inmunización es eficaz durante aproximadamente diez años.

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Fotos: silvio, Semevent