Un hábito que puede parecer muy tierno, principalmente en los bebés recién nacidos. Pero que puede seguir ocurriendo a lo largo de su crecimiento y posteriormente presentar problemas para el niño, el acto de chupar dedo puede comenzar a ocurrir desde la barriga.

Es común que las madres relatar que en el ultrasonido durante la gestación, el feto aparecía chupando el dedito o su manocita. Esto ocurre porque los bebés poseen un reflejo de succión muy fuerte, y tienden a querer chupar lo que tenga fácil y cerca de su boca. Esto forma parte del entrenamiento para la lactancia, que es su principal alimento y lo que formará parte de su supervivencia en el primer período de la vida. Pero es natural también ese reflejo desaparecer con el tiempo, alrededor de los 4 meses del bebé, dejando de hacer por cuenta propia. Ya algunos terminan dando continuidad en ese hábito, utilizando incluso a la hora de dormir y asociando a una forma de tranquilizarse o de acogida, sí sí puede ser el inicio de un problema.

Chupar el dedo puede generar diversos problemas al desarrollo infantil. Si persiste a lo largo del crecimiento del niño puede interferir en el posicionamiento dental lo que causará el desarrollo de dientes torcidos. Otro problema muy común en este caso es desarrollar daños en los huesos de la cara, principalmente el de la mandíbula que acaban sufriendo la presión con el azúcar del dedo, que normalmente es el dedo que presiona el cielo de la boca. El problema aún mayor en este caso, además de todos los trastornos que pueden ocurrir debido al hábito de chupar dedo es la dificultad de los padres para sacar esa manía del niño. Si ya es complicado sacar el chupete, imagina el dedo que está allí dispuesto y de fácil acceso a la hora que el niño quiera.

Cómo hacer que el niño deje de Chupar el Dedo?

Esta sí será una tarea difícil y complicada, sobre todo si el niño ya es mayor y ha seguido con ese hábito por años, desde el nacimiento. Observar será el primer paso, para saber por dónde empezar y cómo actuar ante ese cambio que deberá ocurrir. Comprobar cuándo y cómo el niño chupa el dedo es el segundo paso. Algunas utilizan este hábito sólo para dormir. Ya otras colocan el dedo en la boca para aliviar algún estrés o tristeza. Siendo tan automático que ni ellos pueden notar cuando están haciendo. Lo esencial es descubrir el motivo que hace actuar de esa forma, para encontrar la mejor manera de sacar ese vicio.

En el caso de bebés algunos pediatras indican que los padres ofrezcan como cambio, un chupete. Pasando el vicio de chupar el dedo para chupar el chupete. Aunque no es la mejor idea, por el hecho de que el chupete también es perjudicial para el desarrollo de los dientes. El chupete es más fácil para retirar y controlar el uso, en determinados horarios. Para los mayorcitos en la fase de los 4 a los 6 años, conversar y estimular tal vez sea el mejor remedio.

Parabenice cuando él no haga o puede desarrollar un esquema de recompensa para cada día que pueda dormir sin necesidad de chupar el dedo. Muestre a él que es posible hacer lo que está acostumbrado sin tener que utilizar el dedo. Si chupa el dedo para tranquilizarse, para dormir, para ver la televisión puede crear otro hábito. ¿Quién sabe manejar un animalito de peluche o una manta de mascotas?

Algunos padres utilizan la táctica de cubrir el dedo, ya sea con un curativo, un grupo id o incluso una guijar. El hecho de que el dedo no esté "tan disponible" va a causar un cierto rechazo en el niño. Pero por encima de todas las tácticas utilizadas para el pequeño soltar el vicio de chupar el dedo, es esencial que usted converse con él. No importa la edad o el grupo de edad que esté, los padres deben exponer porque no hacen bien y porque deben parar.

El niño no dejará el hábito de chupar el dedo si ella tampoco quiere. Algunas debido al cobro de los padres de retirar el dedo de la boca acaban continuando y dando más énfasis al vicio por pura birra. Lo que no ayuda, acentúa aún más el problema. por lo tanto, diálogo, paciencia y mucha creatividad serán fundamentales para resolver esta situación..

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Foto: Justin Henry, Martin LaBar