A principios de este año leí un reportaje en la revista Crecer sobre el Slow Parenting (padres sin prisa), sobre dar tiempo al tiempo para su bebé, del anhelo que tenemos en controlar todo y cómo los niños son influenciados por una vida fuera del ambiente familiar desde muy temprano (generalmente ya van a la escuela a los 5-6 meses de vida para cumplir una agenda).

Esta entrevista con el pedagogo Paulo Fochi me hizo pensar en cómo yo estaba tratando el día a día de mi hija y cómo yo hacía cosas para anticipar sus conocimientos sobre el mundo. Como yo estaba atenta a estimular para no perder un "tiempo" que en realidad ella tenía de sobra, la prisa era toda mi.

Mi preocupación de allá por aquí fue ralentizar. Como consultora en sueño infantil, soy extremadamente adepta a la rutina de los niños y conozco bien los beneficios en dar esta seguridad a los pequeños, pero descubrí con el tiempo que conseguimos perfectamente aliar las dos cosas (la rutina con más tiempo). No es simplemente dejar de rodar, sino tener la conciencia que hay tiempo para todo y que los niños merecen la oportunidad de descubrir las cosas por sí solas, de contemplar y admirar el mundo. Nació en mí la conciencia que todo aquí es nuevo para ellos. Los colores, los aromas, los objetos. Imagínese si tuviera la oportunidad de viajar a un lugar encantador, pero sólo podía ver todo rápidamente a través del cristal de un coche a alta velocidad ... cuántos niños no están en este viaje?

Sé que el día a día de la gente hoy no es fácil y que muchas veces se ha vuelto en medio de la confusión y que la idea es "preparar a los niños para el futuro".

La idea de mi post de hoy es que prestemos más atención en las actividades a las que sometemos a nuestros hijos. Incluso a la escuela, ¿hay tiempo para que no hagan nada? ¿O simplemente eligen lo que quieren hacer? A los fines de semana, hay tiempo para actividades no tecnológicas? ¿Necesitamos siempre las pruebas, notas y evaluaciones para saber cómo está el desarrollo de nuestros hijos?

Respetar el tiempo del niño es fundamental en esta nueva forma de educar

Las presiones sociales son inmensas, pero palabras como "ande pronto, nos vamos a retrasar para la clase de gimnasia" pueden ser abolidas de vez en cuando. Llegamos al punto máximo de las actividades. Antes una universidad era suficiente para conseguir éxito en la vida. Hoy queremos ofrecer todo para que nuestros hijos tengan un buen lugar en el mundo y tal vez estemos olvidando que hacer nada también es bueno, que ganamos en calidad de vida, en la convivencia en familia, en diversión. Diversión no es pérdida de tiempo. Los cursos no siempre son divertidos.

Mi llamamiento hoy a las queridas lectoras del Cambio de pañales es por la desaceleración. Como decía mi abuela, cada uno tiene su tiempo y hoy, practicando el slow parenting, descubrí cómo esta frase es valiosa.

Michele Melón es consultora de sueño infantil y baby planner certificada por la International Academy of Baby Planner Professionals (IABPP) e International Maternity Institute (IMI), California, y es socia de Maternitycoach.com.br - una consultoría especializada en diversos servicios para gestantes y bebés.

Ver también: Sueñas de tu Bebé - 6 Cosas Importantes Que Toda Madre Debe Saber

Foto: Spirit-Fire