Todos nosotros que practicamos musculación, sea por cuestiones relacionadas a la salud, a la estética, la mejora o atenuación de algún tipo de problema patógeno, por profesión o simplemente por diversión, sabemos lo específicos que son los formatos que una rutina relacionada con la práctica coherente de esa modalidad exigen, no es así? La alimentación, la forma en que se entrena, el descanso, el ego dentro de los gimnasios, la búsqueda de resultados y así sucesivamente ... A grosso modo, esto puede parecer algo algo común y simple entre la mayoría de las personas, pero no es bien lo que observamos en un mundo real de culturismo. Por otra parte, justamente esa palabra que nos remite a imaginar que físiculturista no es sólo aquel (a) persona que busca un nivel de exhibición corporal en público y / o nivel competitivo, pero todo aquel que ejerce el hábito de cultuar su apariencia física, sea ella moderadamente o no. Así, el sentido tanto como la complejidad de este tema es un poco más amplio de lo que pensamos.

Cuando decidimos practicar musculación y matricularse en una academia, creemos que a pesar de los cambios físicos, poco eso impactará en nuestra vida, o sea, creemos que continuaremos viviendo como antes, teniendo los beneficios de aquella acción. Y nos engañamos. Con el transcurso del tiempo y con nuevas visiones de que hay una cierta necesidad, cada vez más de progreso, iniciamos protocolos específicos que puedan atendernos. La realidad es que muchos son los que desisten y algunos los que permanecen y unos pocos que pasan a llevar la cosa REALMENTE A SERIO. La verdad es que independientemente de cuál de los tres grupos usted encaja, queda clara una cosa: eso impactará en su vida a punto de interferir significativamente en su día a día y en su modo de pensar y actuar, por lo menos que sea. Y es ahí donde entra en el asunto el que me refiero: El mundo cerrado de un practicante de musculación. El mundo en el que algunas opciones son fundamentales y necesarias.

Que la musculación ha sido tenida de manera hipócrita, como un hijo bastardo de la sociedad, eso no es más mentira para nadie. Por un lado, honran y comprimen con una forma de un físico que pueda ser admirado hasta por dioses. Por otro, condenan el extremismo y el "hierro y fuego" con que algunos pasan a llevar los caminos para alcanzar ese físico "de los dioses". Creen que a pesar de tener patrones ideales físicos, el individuo debe también tener actitudes teóricamente convencionales, lo que en la mayoría de los casos no es posible.

Es bastante triste y, al mismo tiempo contradictorio, ver que esos antónimos son cada vez más evidenciados: ¿Cuántas son las personas hoy se encuentran en estado eutrófico? Observe que estas no viven de una forma normal. ¿Cuántas son las personas que poseen un físico que podríamos decir que es envidiable? El número viene asustadizamente siendo reemplazado por un número de seres en un cuadro de obesidad, de insatisfacción personal y descontento con su propia forma física.

Esa mera ilusión de cuando se entra en una academia de que su vida será la misma, pasa a convertirse día tras día de batalla. Una guerra constante consigo mismo, la cual usted se pone en impasses de decisiones difíciles y fuertemente ligadas a su convivencia humana. Pasando a tener que decidir qué, cuánto y cuándo comer, pasa a tener que organizar un momento en el día y los días de la semana para su entrenamiento, usted pasa a seguir planes de entrenamiento de acuerdo a sus objetivos, comienza a conocer uno pequeños deportes profesionales (por mínima que interés) y sigue así ...

Usted comienza a entender el por qué no podrá alimentarse de cualquier forma, pasa a entender también la real necesidad del descanso. Eso, cuando no contamos con entrenamientos fervientes que ya hacen el cuerpo implorar por descanso en lugar de salir y divertirse. Y eso todo, ciertamente impacta en otras ramas de la vida. Y, ÓBVIO, pasan ellos a mirar con otros ojos, como una especie de admiración y cuestionamientos mezclados.

Podríamos decir que, es tranquilamente posible convivir y vivir de esa forma. Por más dificultades que tenga que enfrentar y por mayor que sea su disciplina, aquel que no tiene el deporte como directriz en su vida, logra aliar la vida a esa práctica. Él consigue, a veces, realizar sus propios deseos y deseos impuestos explícitamente o implícitamente por la sociedad. Se sale algunas veces por la noche, hace unas comidas que huyen un poco de su dieta tradicional, falta en un entrenamiento porque está con gripe y va a viajar al final del año hacia el litoral.

Pero, no todo es un mar de rosas ... Existe aquel que toma un real amor por la cosa ... Un amor incontrolable que lo hace querer aquello para su vida. Como cualquier otra cosa, el esfuerzo y la dedicación masacrantes son fundamentales para ello. Tanto porque, ese es un camino que está muy lejos de ser fácil.

El problema no está en amar o tampoco querer eso para sí, pero el problema está en todo lo que tienes que hacer para mantenerse en eso. Así, las abdominales se vuelven frecuentes: El individuo pasa a no salir para comer fuera, deja de divertirse para no perder un entrenamiento, empieza a estresarse cada minuto que pasa el horario de su comida, comienza a comprar toneladas de suplementos y, otros ergogénicos (a menudo incluso innecesarios), comienza a tener una conversación restringida a su deporte y así sucesivamente. Vean, no estoy diciendo que usted, al igual que muchos pocos, lleva su rutina en serio en un grado de enfermedad o incluso de extremismo. Sin embargo, tener factores de la vida interferidos por lo que ciertamente no sólo puede traer algunos maleficios a su alrededor, sino a sí mismo.

Entre todos estos hechos entramos en un nivel del "mundo de la musculación", es decir, un mundo relativamente restringido. Pero empezamos a hacer algunas amistades con la gente que nos rodea. Pero esa amistad también es diferenciada. Normalmente, cuando vemos algunos grupos de determinados intereses en común (comúnmente llamados "tribus"), observamos una socialización amplia entre los mismos. En el caso del bodybuilder, la verdad es que con excepción de eventos, campeonatos y algunas rarísimas excepciones, eso NO ocurre. NO vemos un grupo de culturistas que salen para una larga diversión, marcando de hacer algo que no esté relacionado al deporte o incluso encontrándose en un fin de semana para "viajar sin rumbo". La propia socialización entre esos mismos miembros de una tribu se vuelven inevidentes. En algunos casos, raros, ese grado de extremismo llega a ser tan fuerte que una lucha es obstaculizada del "hacer o continuar adelante para su objetivo". El resultado son algunos atletas que pasa a adquirir problemas relativamente simples, como la soledad y otros que en situación más agravante pasan a desarrollar patogenias, como la depresión, síndrome del pánico, trastornos bipolares, trastornos del comportamiento, etc. En la gran realidad, estamos hablando de una enfermedad que pasa a llamarse "bodybuilding", nada conveniente.

Índice del artículo:

  • Pero, al final, ¿por qué estamos tratando de este asunto?
  • Hay perjuicios en las elecciones por un mundo cerrado?
  • Alternativas para conseguir resultados sin tener que cerrarse

Pero, al final, ¿por qué estamos tratando de este asunto?

Preguntando a una psicóloga lo que esto podría representar, obtuve más o menos la siguiente respuesta: "A partir de hechos ocurridos en el pasado, que están o no a nivel consciente, podemos acabar en la propensión a alguna actitud compulsiva futura. Algunos optan por la bebida alcohólica, otros por el triste mundo de las drogas, otros por TOCs de los más diversos y así sucesivamente. En el caso de individuos que llevan a ese extremismo, normalmente el resultado es un curso de vida solitario. La realidad es que lo que fue insertado dentro de la práctica sería posible en una vida real, pero no es, pues no podemos olvidar que vivimos en una interdependencia social, emocional y psicológica ".

Normalmente, individuos que están altamente asociados con algo relacionado a la alimentación o incluso a actividades físicas que generan cambios físicos (como el propio culturista) ya poseyeron o poseen algún disturbio, por leve que sea y por menos interferente a la vida que sea, / o de autoimagen. Para los individuos que cursaron o cursan nutrición, por ejemplo, se observa que al menos el 90% de quien está en el curso es superador de algún problema de esa naturaleza en el pasado: ex obesos, ex anoréxicos, ex bulémicos y así sucesivamente. De la misma forma, cuando lidiamos con un deporte que depende de las modificaciones corpóreas, vemos que las mismas poseen algún origen. Por ejemplo, hay aquellos que empezaron a trenar, pues tenían bajo peso, otros altos porcentuales de grasa ...

Es que vemos esos escenarios como ambientes cerrados, o sea, no se comparte los principales motivos por los que ocurren. Muchas personas llegan a engañarse a sí mismas no creyendo que están desarrollando alguna práctica simplemente elucidadas por algo subconsciente (o incluso consciente).

Básicamente, lo que quiero decir es que un individuo puede (para él) saber que él practica musculación, no por voluntad, amor, pasión, sino para mantener el cuerpo con bajo porcentaje de grasa. Sin embargo, al encontrarse con la dificultad de asumir eso, pasa a adquirir una "vida de atleta" y enmascarar las reales causas de su búsqueda por el deporte.

Sin embargo, se puede decir que esto es extremadamente perjudicial. ¿Por qué? Simplemente porque la musculación, específicamente hablando en ella, es un deporte solitario y un deporte individualista y bastante egocéntrico. Además, asociado con cuestiones internas que muchas veces ni el propio individuo entiende, está hecha la combinación para un aislamiento cada vez mayor de cosas y también de personas.

Hay perjuicios en las elecciones por un mundo cerrado?

Es extremadamente hipócrita negar que no haya ningún tipo de interferencia en todo y cualquier individuo que busque una vida solitaria de bodybuilder. Estoy seguro que incluso los atletas de punta, con toda su música, todos los medios, todos los fans, también poseen esos momentos y acaban viviendo así.

No poder salir constantemente como muchos desean, no puede comer lo que se tiene voluntad a todo instante, no poder relacionarse con personas a las que no entienden el deporte, no tener apoyo familiar, entre otros puntos, ciertamente son características clásicas. Sin embargo, hay que considerar que estos pueden ser puntos mejor trabajables o puntos que llevarán al individuo a una especie de estrés positivo (el estrés bueno).

Hay personas que hacen todo esto por amor y acaban asumiendo esas malas consecuencias tratando de superarlas de la mejor manera posible. Sin sombra de dudas, esas personas sufren con esas consecuencias, pero como el amor por la modalidad o por sus objetivos es mayor, resulta mucho más fácil lidiar con esas frustraciones. Sin embargo, hay personas que no hacen por amor, sino buscando sólo objetivos. Esas, normalmente sufren con esos requisitos y entran en un dilema personal, eso cuando no desisten, simplemente del deporte. La frustración crónica hace el deporte algo embotado y también masacrante. No se puede hacer algo que no le gusta por mucho tiempo y, sobre todo hacer bien hecho, lo que es fundamental para lograr un éxito pleno.

El mayor perjuicio que puede ser considerado a una persona es cuando deja su esencia de lado y pasa a hacer algo por recompensas meramente externas o impuestas por la sociedad. Es muy diferente hacer algo que haga que su esencia sea valorada que hacer algo únicamente por recompensa. Debemos saber que nosotros y nuestra mente nos conduce y si no estamos bien con nosotros mismos y con la mente firme, enfocada y con conceptos bien definidos, pocos serán nuestros medios para lograr nuestros objetivos.

Alternativas para conseguir resultados sin tener que cerrarse

Obviamente, un practicante de musculación que no busca objetivos extremadamente grandes, como el de una competición, no necesita hacer elecciones tan cerradas y no tiene por qué preocuparse por ello. Su maleabilidad debe ser alta y él debe usar el deporte como coadyuvante en su vida.

Sin embargo, un individuo que tiene como objetivo resultados grandes, tiende a cometer mayores grados de aislamiento. Pero, ¿qué decir de individuos que quieren buenos resultados, pero quieren tener su placer y su disfrute? En el caso de las mujeres, las mujeres, las mujeres, las mujeres, las mujeres, las mujeres,.

Cuando hacemos lo que no nos gusta, la tendencia es parar pronto. De lo contrario, cuando hacemos algo que nos gusta, la tendencia es la continuación y mejores progresos. Esta continuación ocurre, pues sentimos placer en nuestra práctica. Conseguimos conciliar mente y cuerpo durante la actividad y realizarla de modo positivo.

Por lo tanto, sepa definir cuáles son sus mejores directrices y trabajar sobre ellas.

conclusión:

El practicante de musculación a menudo necesita hacer elecciones que lo hace un tanto aislado del resto de la sociedad, por sus formas de comer, de vivir o incluso de entrenar. Sin embargo, si no está con la mente enfocada y apto para lidiar con esas situaciones o aún no amando lo que hace, poco serán los beneficios y la tendencia es una rápida desistencia.

De esta forma, buscar mecanismos de adaptación y para unir lo que nos gusta hacer con lo que necesitamos hacer, son formas interesantes de mantenerse deportivamente activo y obtener buenos resultados.

Buenos entrenamientos!

Artículo escrito por Marcelo Sendon (@marcelosendon)

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