Puede no parecer, pero esos momentos en que usted deja de entrenar por pereza, o que usted burla su dieta sin motivo, son todos reflejos de cómo su cerebro actúa. Ver más en este artículo!


¿Por qué algunas personas no pueden parar de entrenar, mientras que otras no logran completar una semana entera en la academia? ¿Por qué algunas personas son más determinadas que otras? ¿Será que esto es sólo un error de carácter? Creo que no.

Hasta existen factores ambientales y sociales que impulsan o hacen el comportamiento inactivo, pero con certeza es el cerebro que permite que esto suceda. Cada vez más la neurociencia viene mostrando que el cerebro es responsable de una serie de comportamientos que tenemos en nuestro día a día y que es posible cambiarlos.

Primero, somos seres de hábitos y éstos interfieren directamente en nuestros circuitos cerebrales. ¿Usted entrena en qué días? Depende? ¡Le aseguro que usted tiene dificultades para mantener su rutina de entrenamientos! Usted sufre por anticipación todo el día cuando tiene que ir a la academia? Dígame cuántas veces al mes usted falta al entrenamiento? Por supuesto, muchas!

Nuestro cerebro está condicionado primordialmente a dos cosas primitivas: el mantenimiento de la vida y la búsqueda del placer. Cuando una de estas dos cosas es afectada, el cerebro hace todo para salir de tal situación. Por ejemplo, ¿por qué es tan bueno comer cuando estamos hambrientos? ¿Por qué inunda los centros cerebrales de placer. Lo mismo sucede con el sueño, la sed y otras necesidades básicas.

Leer también: 7 actitudes para vencer la pereza a la hora de entrenar

Resumiendo un poco de todo lo que hablamos hasta ahora, su cerebro siempre va a buscar mantener la vida y el placer, basado en hábitos.

Ahora vamos a pensar en cómo afecta nuestro cerebro y cómo el cerebro sabotea algunas cosas en nuestro día a día.

Sabotajes del cerebro y ejercicio físico, cuál es la relación?

Si el cerebro busca el placer y el mantenimiento de la vida, además de los hábitos, ¿cómo podemos evitar los famosos sabotajes al entrenamiento? Es más complejo de lo que parece, pero vamos! En primer lugar, vamos a los dos primeros elementos!

El ejercicio físico impone una ruptura de la homeostasis, lo que hace que el cerebro reciba señales recurrentes de amenaza al buen funcionamiento del organismo. De esta manera, a través de la coordinación de estímulos, el cerebro va a intentar de todas las formas acabar con esta quiebra. Por eso, cuando empezamos a entrenar, sentimos dolores sin explicación y aparecen miles de motivos para terminar el entrenamiento e ir a descansar.

Ya en lo que se refiere a la búsqueda del placer, el entrenamiento causa sensaciones desagradables, dolores, cansancio y otras. Por eso, muchos afirman que el momento más placentero de cualquier entrenamiento es cuando termina.

Pero entonces, partiendo de niveles cerebrales, el entrenamiento es malo, ¿verdad? ¡Yo diría que depende! El factor hábito también es muy importante!

No hemos sido preparados para ejercitar sin objetivo claro. Tenemos grandes restos de nuestros antepasados ​​prehistóricos, donde éstos necesitaban usar de manera consciente todas las energías que poseían, pues no tenían alimentos disponibles a todos los momentos.

De esta manera, subir en una estera y correr en el mismo lugar durante una hora, es interpretado por el cerebro como un esfuerzo inútil. Estos tres factores explican quizás el motivo por el que la mayoría de las personas no pueden mantenerse activa.

Sin embargo, cuando el cerebro va siendo reprogramado por la rutina, las sensaciones de incomodidad y de ruptura de la homeostasis pasan a ser menores proporcionalmente al tiempo en que el hábito es cultivado. Es aquella historia que dice que el jugador de fútbol se relaja en las vacaciones con la buena y vieja pelada con los amigos.

Cuando su cerebro pasa a no ver más el ejercicio físico como una amenaza y pasa a ser un hábito, listo, usted conseguirá mantenerse activo sin esfuerzo. Lo mismo vale para la alimentación. Pero cómo hacerlo? Es lo que voy a intentar mostrar.!

Cómo acabar con los sabotajes del cerebro y hacer el ejercicio físico un hábito.

Leer también: 5 metas que usted necesita establecer para obtener mejores resultados

Como somos seres de hábitos, necesitamos algunas situaciones para que el cerebro interprete el ejercicio físico como algo bueno y así, deje de sabotear sus prácticas. Cada persona reacciona de una manera diferente, pero algunos consejos como éste permiten mejoras considerables.

4 consejos para acabar con el sabotaje

1 ° Busque recompensa:
¿Recuerda que el cerebro busca placer? Se permite algo que le gusta al final del entrenamiento, siempre que no sea un bote de helado o algún alimento que no sea sano! Si no sabe lo que, intente parar y sentir la sensación de placer que la serotonina causa después de que su entrenamiento acaba. Recuerde esta sensación siempre que sienta ganas de burlar su entrenamiento.

2 ° Vaya a entrenar, incluso sin voluntad:
¿Cuántas veces has estado entrenando sin ganas y cuando llegó allí, entrenó normalmente, hasta más motivado (a) de lo normal? Esto sucede porque sufrimos mucho por anticipación y nuestro cerebro busca siempre acabar con el sufrimiento, antes de que suceda. Vaya a entrenar, aunque su cerebro diga que no!

3 ° Permita el descanso:
Él es fundamental para que el cerebro no vea el entrenamiento como una amenaza a la vida. Pero eso después del entrenamiento, que quede bien claro. Entrenar fuerte y después descansar, muestra para el cerebro que el ejercicio físico no es una amenaza.

4 ° Aprende por qué entrenas:
Si ejercitar sin motivo es el principal factor de desistencia de las personas. Sufrir sin saber por qué, hace que el cerebro interprete el entrenamiento como algo apenas negativo. Establezca metas a corto plazo y sienta la sensación de placer que las alcanza. Divida eso con las personas de tu convivencia y verás que tendrás mucha más motivación para seguir entrenando.

¡No por nada, la palabra motivación se deriva de motivo! ¿O has visto algún infartado que tiene miedo de la muerte no ejercitarse? La rutina de ellos generalmente no cambia, lo que cambia son los motivos.

Resumiendo, quien manda en su cerebro es usted y quien tiene que lidiar con los sabotajes de él es USTED! La satisfacción de estos sentimientos es estar condenado al fracaso. Por eso, muestre quién manda y vaya a entrenar! Buenos entrenamientos!