La calidad de vida proporcionada por la práctica de ejercicios puede ser alcanzada por cualquier persona, sea esta sana o que está en busca de la salud. La musculación trae muchos beneficios a personas que necesitan hacer el mantenimiento de alguna área, sea para el fortalecimiento de los músculos para la mejora en el funcionamiento de los órganos.

El páncreas es un órgano responsable de la producción de insulina, una hormona importante para el funcionamiento de todo el organismo. Cuando nos alimentamos, ingerimos energía. Sin embargo, los alimentos deben ser rotos y transportados, a través de la sangre, a todas las partes de nuestro cuerpo para mantener el correcto funcionamiento. Cuando el páncreas produce poca o mucha insulina ocurren problemas serios en el cuerpo, llamados de diabetes e hipoglucemia reactiva, respectivamente.

La hipoglucemia reactiva, condición producida por la gran producción de insulina, es uno de los problemas que puede ser controlado con dieta y con ejercicios físicos moderados. La persona portadora de esa condición, cuando ingiere cualquier alimento que tenga carbohidratos simples, aquellos que necesitan menos quebra para convertirse en energía, produce dosis de insulina además de la necesaria para el volumen de alimento consumido. De esta forma, la glucosa es quemada por la super dosis de insulina, no llegando a todos los órganos que la necesitan, causando varios síntomas debido al mal funcionamiento. Uno de los órganos más perjudicados por la falta de glucosa es el cerebro, que coordina todo el organismo. Cuando el cerebro no recibe dosis de glucosa necesarias, lo que también puede ser llamado Neuroglicopenia, se desencadena varios síntomas, como sueño, mareo, sudor frío, confusión mental, disfunción del habla, sensación de embriaguez, extremidades frías, desmayos, coma. Cuando los niveles de glucosa en sangre son muy bajos, normalmente por debajo de 70 miligramos por decilitros de sangre, la persona puede tener convulsiones. En casos más extremos puede llevar la muerte. El control de la glucosa en la sangre debe ser hecho siempre, pues los episodios de crisis pueden causar problemas en el cerebro, principalmente cuando existe frecuencia en los síntomas de la Neuroglicopenia.

La musculación, cuando se practica de manera moderada y siempre bajo la supervisión de un médico y de un profesional del deporte, trae excelentes beneficios para el hipoglicémico. La contracción muscular ayuda en la absorción de la glucosa por la sangre y la producción de insulina. El páncreas produce la insulina que, después de la ingestión de alimentos, transporta las moléculas de glucosa dentro de las células de la sangre, que las transportarán por todo el cuerpo. Las células musculares, cuando accionadas por el ejercicio físico con pesos, captan las moléculas de glucosa de la sangre llevándolas a la superficie de las células de las fibras musculares y luego al interior de las células de los músculos, las cuales las necesitan como energía para el cuerpo ejercicio. De esta forma la tasa de glucosa en la sangre disminuye, estando ésta en los músculos.

Cuando la tasa de glucosa en la sangre es menor, el páncreas no necesita producir tanta insulina, por lo que los síntomas de hipoglucemia no ocurrir con tanta frecuencia. Además, con el tiempo, el cuerpo consigue regular las tasas de insulina producidas, principalmente a través de la rutina de alimentación y ejercicios. Esta rutina hace que el páncreas se acostumbre a producir una menor cantidad de insulina, disminuyendo los episodios de crisis.

La alimentación es la principal fuente de energía, por lo que debe estar muy bien regulada para las personas que tienen hipoglucemia reactiva a la glucosa. Cortar alimentos ricos en azúcar y carbohidratos simples, como pastas, panes, dulces, optando por los productos integrales y naturales, como frutas y verduras, pueden hacer retroceder la enfermedad, pero nunca curarla.

No dejes de intercalar los entrenamientos con bocadillos de porciones pequeñas, para mantener dosis de glucosa en el organismo, además de hidratar mucho. Hable con su médico sobre los ejercicios físicos y sólo comience los entrenamientos después de hacer exámenes que aleguen que usted puede ejercitarse. Haga evaluaciones físicas periódicas con un profesional del deporte. Practique ejercicios moderadamente y alimente, por lo menos, cada 3 horas.

Este artículo anterior tiene sólo el carácter informativo y no tiene la intención de reemplazar una orientación médica o de un profesional de la salud.

por Raquel Torres Costa Bressan
Redactora formada en Letras por la Universidad Federal de Viçosa.