Mi Hora Nunca Llega? Dilemas de un Tentante
TentantesMientras mi positivo no venía, lo que más pensaba y cuestionaba era si mi hora de quedar embarazada nunca llegar. Y mira que ya tenía hijos! Me cobra y sufre pensando si habría algo mal conmigo, con mi marido o incluso si yo era merecedora. A veces me tomaba pensando en lo que había hecho de mal en la vida por pasar por toda esa espera, angustia y también cobranzas.
¡El sufrimiento era intenso! Yo que ya tenía una hija pasaba malos bocados, me quedo pensando en esas niñas que sueñan tanto en tener un bebé y aún no son madres, el sentimiento debe ser mucho más intenso. Los médicos decían que yo y mi marido éramos fértiles ya que ya habíamos quedado embarazados dos veces. Pero aquel pensamiento de que había algo equivocado no salía de mi cabeza!
El cobro y la ansiedad es lo que tenemos que ahorrar, pero si ella ya está presente aprenda con los errores que ella induce.Era una pesadilla sin fin esa espera agonizante y torturante ... Al cabo de algún tiempo como tentante me quité una conclusión de todo eso, será que vale la pena quedarse herido en busca de un sueño que fue prometido por Dios? Tantas mujeres se quedaban embarazadas y me quedaba atrás! Muchas no querían quedar embarazadas y algunas incluso pensaban en abortar debido a la situación que estaban y yo me preguntaba, porque Señor? ¿Qué quiero tanto un bebé no soy merecedor? ¿Mi hora nunca llegará? Entonces una cosa dentro de mí cambió, tuve la ayuda de un ángel en uno de los peores momentos de cobranza como mujer, como esposa y también como madre! Una amiga muy sabia me dijo una vez:
Si la voluntad surgió en su corazón, fue porque Dios lo permitió. Él no te desamparará jamás ...
En total fueron 7 años de intentos y sólo en el último año como tentante me sentía más confortada y menos ansiosa. Dejé las experiencias anteriores me confortar y creo que fue ahí donde todo empezó a fluir. Creo que todos los problemas que yo me he causado para conseguir quedar embarazada, han servido para dejarme más resistente a imprevistos y situaciones en las que no podemos controlar. Engraciarse más allá de nosotros mismos (la pareja) depende de una fuerza mayor! El amor de Dios sobre sus hijos es sabio y él envía la bendición en el momento correcto, ni antes ni después.
También recuerdo tantas lágrimas que derramé tantos momentos de descontrol emocional que yo no vivía el momento plenamente. Dejé de tener tantas experiencias maravillosas en varias situaciones que hasta hoy no me perdono, pero procuro recordar todo como una gran lección de vida. Todo lo que aprendí fue que esperar es un ejercicio para ser personas mejores. La ciencia de esperar y tener la vida cambiada por un pequeño ser es muy eficiente, creo que Dios nos prepara para que podamos amar a otra persona más que a nosotros mismos y para eso sirve esos momentos de espera.
Dios no se olvidó de ti, él sólo te está moldeando para que reciba con merecimiento y gran alegría el tan soñado positivo!
Ver también: Confesión de la Vida de Tentante - El Dolor de la Espera
Foto: Gabriela Camerotti