Según los resultados de la mayor investigación realizada sobre antibióticos en el embarazo, el uso de macrólidos y penicilina ya no es motivo de preocupación. Durante todo el período gestacional miles de mujeres reciben como recomendación medica el uso de antibióticos para algún tipo de infección y cerca de 4 en 10 utilizarán en algún momento del embarazo inevitablemente.

Además de la penicilina, los antibióticos macrólidos son los medicamentos más utilizados por toda la población. Los macrólidos son los que poseen en su composición eritromicina, azitromicina, claritromicina y fidaxomicina. Ellos poseen mayor amplitud que la penicilina y también es recomendada en el caso de alergia a la penicilina. Sin embargo, hasta ahora, los médicos ginecólogos vetaron los medicamentos por ser teóricamente perjudiciales para el embarazo, pues su uso podría sobrepasar la barrera de la placenta y llegar al feto.

El estudio fue realizado por Anick Bérard de la Universidad de Montreal en Canadá y señala que la utilización de estos antibióticos puede ofrecer sí algunos riesgos como la mala formación cardiovascular y una posibilidad mayor del bebé sufrir con epilepsia o parálisis cerebral. Hecho este que ha alejado las prescripciones médicas las gestantes para el uso de estos medicamentos.

El gran problema es que los antibióticos para el tratamiento de enfermedades como la clamidia, por ejemplo, pueden ser igualmente perjudiciales. Sin embargo, la Food and Drug Administration y Heath Canadá no autorizan la inclusión de pruebas en gestantes para que se evalúe la eficacia y contra indicaciones de los medicamentos en cuestión. Por eso no se considera 100% seguro el uso de estos componentes durante la gestación. Los resultados son inconclusos, y los resultados se evalúan a través de resultados indirectos. Por lo tanto, hasta que se pruebe que la teoría de los antibióticos no hará mal al bebé causando mala formación, el seguro es mantener a las gestantes bajo medicamentos que están autorizados para tratar infecciones, como la cefalexina por ejemplo.

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Foto: Andressa Sipaúba