Cuando descubrimos la diabetes de mi hijo mi suelo se abrió, viví por algunos días un momento de duelo. Eso mismo, LUTO, mi hijo estaba allí conmigo, pero sentía que algo se había ido. Me veía del tamaño de una hormiga, en un mundo totalmente desconocido. Sin saber qué hacer y cómo iba a ser de allí. Hoy sé que ese luto fue de una persona que pensaba ser fuerte más no era, y que Dios me había escogido para una difícil misión, la de ser el páncreas de mi hijo.

Hoy es así como yo veo, necesito hacer la función del páncreas de él. Si no funciona, yo estaré aquí y voy a dar mi mejor para que mi pequeño dulce viva bien y sin secuelas. En el comienzo no fue fácil y no es fácil hasta hoy. ¿Y quién dijo que sería? Si fuera fácil nunca sentir el sabor de la victoria. Y es ese sabor de victoria que siento todos los días, cuando estoy de acuerdo y sé que mi hijo está bien y que tendremos un día más para luchar. En el caso de que se trate de una persona, En el caso de la diabetes mellitus, la mayoría de las personas que sufren de la diabetes,.

Me gustaría mucho trabajar fuera, tener mi independencia, más como si la misión de hacer el papel de páncreas de mi dulce se ha destinado a mí. ¿Cómo puedo confiar en la escuela que en ningún momento quiso aprender lo que realmente es la diabetes mellitus tipo 1 y no saben cómo proceder en el caso de una hipoglucemia. Cuando descubrimos fui a la escuela y expliqué todo y dijo que estaba dispuesto a cualquier ocurrencia con mi hijo, y así funciona, cuando veo que las glucemias no están como esperamos, pido que hagan el dextro (medir la glucemia) y él pero no me gusta que me digan lo que pienso..

¿Cómo puedo trabajar y pasar esa responsabilidad a otra persona? No reclamo ni puedo reclamar porque a pesar de todo tiene días que me parece una super madre páncreas. Cuando llego al final del día y sé que ganamos una vez más! Luto con la diabetes todos los días, y cuando ella intenta derribar muestro que yo, mi hijo y la insulina juntos somos mucho más que ella. No siempre es fácil, tengo que hablar a mi hijo que va a comer sólo ese poquito, después de comer es tan bueno. Más aún, si no nos controlamos comemos más de lo necesario. Hoy comienza de todo, y no todo es diet, pues cuento lo que va a comer y aplico la insulina para aquella cantidad de alimento. Hoy participamos de fiestas y encuentros con más libertad.

Si un día va a tener la cura? Eso sólo Dios es quien sabe, mientras ella no llega, yo estaré aquí con toda mi fuerza para luchar todos los días. Hay días que por más que yo haga todo igual, algo diferente sucede. Hay días que me pregunto hasta cuando voy a soportar, ¿voy a aguantar? Más claro que voy, pues si me desista voy a hacer lo que? ¿Cruzar los brazos? No, no tengo ese derecho, fue la misión que Dios me dio, yo fui elegida para eso, es ahí donde mis fuerzas se renuevan y puedo vencer una batalla más. Todo lo que más quiero es ver a mis hijos bien y felices, pido a Dios que coloque a personas buenas en su camino, amigos de verdad que se preocupen por su bienestar.

Sé que van a venir las baladas y las festinhas y que no estaré allí para decir que él tiene que tomar la insulina o para comer o beber eso y aquello, pero los amigos van a estar allí en mi lugar. Todo lo que puedo enseñar para él, que siempre haga buenas elecciones tanto en las personas a su alrededor como en su alimentación. Espero que lleve eso para toda su vida, después de todo la vida está hecha de buenas elecciones.

Desafortunado de la madre guerrera Cristiane Almeida sobre su lucha incansable de su hijo con la diabetes.

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Fotos: Acervo Personal TF