La papada es una enfermedad infecciosa causada por un virus que provoca una gran inflamación en las parótidas, en las glándulas sublinguales y en la submaxilar. Normalmente se manifiesta en niños y no ofrece ningún peligro aparte de la gran incomodidad causada por la hinchazón.

Cuando se contrae en la fase adulta, la papera puede traer serios daños cuando la inflamación desciende a los testículos y ovarios, pudiendo resultar en infertilidad. Incluso si se trata de una enfermedad benigna, algunas complicaciones como sordera, neurite, pancreatitis y meningitis aséptica fueron constatadas después de contraer la enfermedad. El período de encubrimiento de la enfermedad es de dos a tres semanas, teniendo en el listado de síntomas de la morada más evidente el aumento de las glándulas salivares muy por debajo del oído, haciendo el rostro hincharse. Además de la hinchazón evidente es común que la enfermedad cause los siguientes síntomas:

  • Fiebre alta
  • Dolores fuertes de cabeza
  • escalofríos
  • Dolores musculares y dificultad para masticar

La fatiga y la debilidad también son síntomas aparentes de la papera, y cuando se contrae en adultos puede causar hinchazón y dolor en los testículos de los hombres y dolores muy fuertes en los ovarios en el caso de las mujeres. Rigidez en la nuca acompañada de dolor acentuado puede ser síntoma de meningitis que es una de las complicaciones que la enfermedad puede presentar. La transmisión es a través de un virus conocido como paramyxovirus, altamente contagioso y transmitido a través del contacto directo con personas infectadas. Normalmente se producen brotes de paperas en la primavera y en el invierno.

Cómo Evitar y Tratar a Caxumba en Niño?

En el calendario básico de vacunación infantil se recomienda la aplicación de la vacuna de paro, o mejor, de la vacuna triple viral que protege además de la papera, la rubéola y el sarampión y se suministran a los niños en la fase de los 15 meses de vida. El niño vacunado disminuye las posibilidades de contraer la enfermedad en un 98%, por lo que es importante mantener las vacunas en día de nuestros pequeños. Cuando se contrae la enfermedad, el niño o adulto no deben comparecer la escuela y el trabajo, alejándose al menos nueve días después de la aparición de la papera, siendo necesaria la limpieza y desinfección de los objetos utilizados por el mismo. Principalmente los que tuvieron contacto con saliva y demás secreciones del enfermo.

En caso de haber tenido contacto directo con alguien infectado, se recomienda la búsqueda de un médico para solicitar vacunación de bloqueo, así evitando la manifestación de la enfermedad, recordando que la vacuna sólo es liberada y recomendada para quien tuvo realmente contacto directo y corre el riesgo de haber contraído. El tratamiento de la papera no consiste en la utilización de ningún medicamento, a no ser para el control de la fiebre utilizando antitérmicos y en el caso de los dolores, los analgésicos. El enfermo se debe mantener en reposo absoluto, que será pieza fundamental para la total y más rápida recuperación. La alimentación debe ser hecha a través de alimentos líquidos y pastosos que además de no ser necesario masticar es más fácil de tragar. De preferencia a sopas, caldos y alimentos más suaves como purés de patata y calabaza.

Evitar el consumo de alimentos ácidos con la naranja, el limón, la mota, la piña y también sus jugos, pues estimulan la producción de la saliva causando mayor molestia por la dificultad en tragar. En caso de dolor, además de los analgésicos recomendados, puede realizado compresa fría o caliente que traerá alivio inmediato. Normalmente los síntomas desaparecer completamente en dos semanas, pero después de una semana del descubrimiento de la enfermedad ya no se considera contagiosa. Después de la recuperación total, el niño o adolescente estará inmune a la enfermedad, sólo pudiendo volver a suceder si la infección no ha alcanzado los dos lados, o mejor, las dos glándulas parótidas. Si es posible, la enfermedad se manifiesta en el lado no alcanzado y la enfermedad se manifiesta normalmente.

No se recomienda la automedicación antes de una consulta médica, el tratamiento adecuado será recetado por el especialista. Recordando que aspirinas no deben darse a los niños en caso de infecciones, pues asociadas a infecciones virales aumentan los riesgos de evolucionar el síndrome de Reye.

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Foto: Phillip Jeffrey, ReSurge International