Entre los miles de preocupaciones de los padres en relación a los hijos, la alimentación está en la cima de la lista. Desde que nacen el cuestionamiento si se están alimentando adecuadamente es inevitable ya que es el punto principal para mantener la salud del niño y su desarrollo como se esperaba. Sin embargo, los trastornos alimenticios infantiles vienen alcanzando cada día más los niños menores y trayendo gran preocupación para los padres.

Antiguamente cuando hablábamos en disturbios alimenticios pensábamos en adultos con problemas en la alimentación que sufrían con su peso o incluso por la compulsión alimentaria generada por los niveles de ansiedad que la vida adulta nos proporciona con tantas preocupaciones y responsabilidades. Lo que cambió en las estáticas, apuntando cada vez más niños menores de 10 años sufriendo con esos problemas que serían de adultos.

Los trastornos alimentarios infantiles se producen sin mostrar señal y pueden tener inicio aún en la fase de la lactancia siendo más común en los días de hoy en niños a partir de los 5 años de edad. No se sabe con certeza la razón ya que cada niño puede evolucionar un cuadro de disturbios por sus motivos en particular. Algunas por seguir los ejemplos de sus padres y ver la gran preocupación en no "quedarse gordo" resuelven que no deben comer para ser aceptados en su clase o incluso aislarse de los demás creyendo que no forma parte del patrón de otros niños. Estos son los primeros pasos y señales que el problema está sucediendo y deben ser observados cuidadosamente por los padres y responsables.

Los niños que sufren de estos trastornos suelen tener un perfil trazado y comportarse de manera muy parecida. Suelen ser más frágiles en sus acciones, no aceptan ser inferior a los demás y es totalmente perfeccionista en toda su rutina y con el paso del tiempo presentar un comportamiento autodestructivo, ya que es todo o nada y no acepta perder o no alcanzar su meta. Los padres deben estar atentos al comportamiento diferente de los hijos y si observa que algunas comidas están siendo saltadas o incluso idas constantes al baño principalmente a la hora de la comida o posteriormente es una señal de alerta, además de la pérdida de peso evidente y rápida.

Los niños normalmente presentan dificultad en la alimentación al menos en una fase de su vida y no es porque él no quiso almorzar hoy o la semana siguiente o porque se negó a tomar una merienda que usted debe preocuparse o pensar que está sufriendo con trastornos alimentarios. en algunas fases de la infancia es muy común afectar el apetito y el niño deja de comer algunos alimentos que antes aceptaba tan bien o incluso disminuir la cantidad de alimentos que consumía a lo largo del día. Si nota algún síntoma diferente, pierda peso o retraso en el crecimiento y si el niño se está negando a comer en todas las comidas se le recomienda hablar con el pediatra de su confianza que indicará el mejor tratamiento. En algunos casos un estimulante de apetito junto a algunos suplementos vitamínicos puede ayudar a solucionar el caso.

Ansiedad Infantil X Alimentación

A diferencia de los disturbios alimenticios infantiles, otro villano que sonda la vida de los padres es la ansiedad que desencadena un problema contrario a la falta de alimentación. La ansiedad infantil no tratada debidamente puede generar trastornos muy grandes a través de la compulsión por alimentos y desencadenar un niño con problemas de obesidad y otros aspectos que vengan a perjudicar aún más su salud como el colesterol alto.

Los niños ansiosos que no logran controlarse acaban descontando esa energía y ansiedad en los alimentos y acaban comiendo más allá de lo necesario e incluso ya saciados. Comen por estar feliz, comen cuando están tristes, comen por simplemente comer y no puede controlar ese deseo. Esta ansiedad que genera la compulsión alimentaria se trata de una enfermedad y debe ser tratada debidamente para que la ganancia de peso no se vuelva algo descontrolado. La ansiedad infantil puede presentarse pronto en los primeros años de vida y tiende a ocurrir más en niñas. El factor estrés, los cargos excesivos, la preocupación o incluso el tedio puede llevar a un niño a empezar a comer de forma descontrolada y de la misma manera ganar peso descontroladamente afectando directamente su salud. Esta ganancia de peso excesivo genera enfermedades cardíacas, colesterol alto, cuadros de presión alta y puede llevar a desencadenar una diabetes tipo 2 además de claro afectar la autoestima principalmente en la adolescencia.

La mejor forma de tratar a un niño con problemas de ansiedad y controlar su compulsión por los alimentos es conversar con el pediatra y solicitar indicación para terapia conductual o incluso la psicoterapia. Algunos casos pueden ser recomendados a la utilización de medicamentos con acción calmante o incluso antidepresivos para combatir los síntomas más elevados y preocupantes o quizás la práctica de ejercicio físico para descargar y controlar esa ansiedad. Un niño que no es tratada en la infancia como debe podrá convertirse en un adolescente con los mismos problemas, pero de forma más agravante ya que cada día que pasa se va perdiendo el control de la situación. La mejor forma de combate es tratar desde el principio y enfrentar la cuestión de frente para que la ansiedad no venga a cuidar de todo y con ello afectar directamente todos los puntos de la vida del niño, no sólo físico, sino psicológico también.

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Foto: ___GDM___ !, Mari Jares