Si hay una buena fase en la vida es durante la infancia. Los niños son lo que son, juegan sin preocupaciones y sueños no tienen límites. Y parte de esos sueños son los padres que alimentan día a día, estimulando la fantasía y dando alas a la imaginación de los pequeños. Las leyendas e historias que parecen tan bobas a los ojos de los adultos para los niños tienen extrema importancia y es lo que alimenta la esperanza y el alma del niño, después de todo el Papá Noel existe no?

La gran mayoría de los padres tienen la costumbre de decir a los hijos desde pequeñitos: Si no se comportan a Papá Noel no traerá el regalo que esta esperando o pida a Santa Claus el regalo que quiere que traiga. Y los niños aguardan ansiosa la llegada del gran día, confeccionan cartas cariñosas y con listas extensas citando sus deseos y se encargan de entregar personalmente al buen viejito. Todos los años padres se enfrentan a filas kilométricas en centros comerciales sólo para realizar el deseo y el sueño de sus hijos de entregar la carta en las manos. Todo esto forma parte de la construcción de fantasías que es lo que encanta en la infancia.

Conejos de la pascua tiene la visita más dulce del año y hadas del diente enriquecen sus cofitos, todo en nombre de una gran e iluminada sonrisa. Pero hasta cuando debemos alimentar esa fantasía y estimular a los niños a creer en esas historias?

Los expertos creen que los niños que viven la realidad de los sueños y fantasías, crecen y se desarrollan adultos más creativos y felices. Cuando llegue la hora y esté lo suficientemente maduro sabrán que todo no ha pasado de leyendas, pero que fueron muy divertidas mientras duraron.

Cuando Contar la Verdad?

No hay edad o momento adecuado para contar la verdad después de la infancia es una fase de total descubrimiento del mundo y eso va a suceder forma natural. Normalmente los niños descubren que todo lo que siempre creyeron no pasaba de historias a través de amigos más grandes, y muchas veces ya desconfiaban. Ya otros pueden reaccionar de forma triste, y venir a cuestionar a los padres sobre lo que escuchó del amiguito no creyendo en la situación. En este caso quizás necesite que la fantasía sea prolongada por un período más largo estar maduro lo suficiente para ver con sus propios ojos.

Cuando descubren, va de los padres saber lidiar y conversar y no dejar reaccionar como forma de mentira contada toda la vida, sino que fue una forma de dejarlo soñar y ser niño y muestra cómo fue divertido siempre. Al final la espera ansiosa no es sólo por los niños, pero por los padres también que aguardan ansiosos ver la cara de alegría de sus hijos y sus ojos brillantes de realización.

Cuando descubren y poseen hermanos, primos y compañeras más jóvenes que todavía creen en las leyendas, ¿por qué no pedir secreto? Cuente con la ayuda y haga un aliado para las próximas fechas, además de sentirse super-responsable se sentirá "grande" lo suficiente para ayudar a alegrar a los menores. la leyendas infantiles van más allá de la ganancia de regalo para los niños, son momentos únicos que quedarán guardados en la memoria para siempre. Alimentar esos sueños en los niños es proporcionar una vida divertida, feliz y llena de imaginación para ellos que seguramente tendrán historias divertidísimas para contar a sus hijos, nietos o incluso recordar cuando son adultos.

La fantasía forma parte de la infancia y es lo que la deja más dulce y mágica. Alimente los sueños diarios de sus hijos, estimule la imaginación de ellos y participe y viva cada momento que es único y pasa tan deprisa. En un parpadeo de ojos todo ya habrá pasado, y las cartas para Papá Noel y pedidos del conejo de la pascua darán lugar a una nueva fase, nuevos descubrimientos y una nueva vida.

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Foto: Miika Silfverberg, Renata Alves de los Ángeles