La estructura del hombro es muy compleja, lo que le permite una amplitud de movimientos mayor que cualquier otra articulación de nuestro cuerpo, sin embargo, tiene fallas en la cuestión de la estabilidad, y por ser un complejo articular muy solicitado, puede traer algunos problemas.

Podemos ver cuánto lesiones en esta región es común, por ejemplo, en deportes, en determinadas profesiones (que en la mayoría de los casos también tiene que ver con trabajo repetitivo) y también en los gimnasios.

También debemos mencionar nuestra postura, que generalmente es errónea (y eso influye, sí, en el aumento de la probabilidad de traumatismos), y cualquier movimiento aleatorio que cause un tipo de sobrecarga local, abre espacio para una lesión. A la que vamos a conocer hoy, es el síndrome del impacto.

El hombro

Podríamos mencionar aquí una clase de anatomía, pero no viene a nuestro caso, y no es lo que propongo en este artículo..

Sin embargo, creo que es muy importante conocer un poco de este complejo articular, para entender el mecanismo de la lesión propuesta, entonces, vamos a dar una conferida sólo en los puntos principales. Ok, ahí va un resumen.

El hombro está formado esencialmente por tres articulaciones sinoviales (poseen la presencia del líquido sinovial, que es lo que da nutrición a la articulación), siendo: esternoclavicular, ligando la clavícula con el esternón; acromioclavicular, ligando la clavícula al proceso acromial de la escápula; y la glenoumeral, juntando húmero con la escápula.

La articulación se compone de cápsula, cartílago y cavidad articular, líquido sinovial, membrana fibrosa, y en el caso del hombro también la bursa, que es como si fuese una bolsa, que impide el encuentro y el desgaste de los huesos más salientes.

Además de las articulaciones existen otros ítems que auxilian en la sustentación y estabilidad siendo ligamentos, tendones, fascias y músculos.

La articulación que proporciona más amplitud de movimiento y, al mismo tiempo, más inestabilidad es la glenoumeral. Sólo poco más de un tercio del húmero tiene contacto con la cavidad glenoide, y es el tono de los músculos del manguito rotador que mantiene más firmeza articular.

El manguito rotador es el grupo muscular principal estabilizador del hombro, que incluye los músculos supra-espinal, infra-espinal, subescapular y redondo menor.

El síndrome de impacto

El síndrome del impacto es una de las mayores causas generadoras de dolor y disfunción si se trata de hombro, es de carácter crónico, teniendo como principal síntoma el dolor, que empeora por la noche y al levantar el brazo, además de crepitación local (estallidos), debilidad y dificultad en las actividades de vida diaria (avd's).

Se produce cuando hay fricción entre el húmero y el acromio, este último es un accidente óseo (parte del hueso donde se inserta algún tendón de músculo, y en ese caso es una protuberancia). Hay un espacio entre esas dos estructuras, y cuando ese espacio es disminuido, ocurre inflamación de tendón (con posible ruptura) y de la bursa local, es que sucede el síndrome del impacto.

Se refiere como un pinzamiento en esa región, y en muchos casos puede derivarse de movimientos repetitivos del brazo en abducción (apertura lateral) o en flexión de 70 ° a 120 ° de hombro (brazos antes de la línea del hombro hasta arriba de la cabeza), además de la acción combinada de otros cuatro factores como vascularización, degeneración, trauma y la anatomía del hombro.

En la anatomía del hombro, el acromo se puede encontrar de tres tipos: recto, curvo o ganchoso, siendo este último el que provoca más impacto y el tipo más encontrado en el síndrome.

El complejo del hombro es un sitio poco vascularizado, de esta forma, poco nutrido, lo que facilita el riesgo de lesiones y dificulta su rehabilitación.

Con el paso de los años, incluso por ser un área muy utilizada, su degeneración es más rápida que en las otras partes del cuerpo, y eso posibilita nuevos mecanismos de traumas, ya que los tendones más débiles son más fácilmente rotos.

El síndrome de impacto se clasifica en tres etapas:

Etapa I - edema y hemorragia reversibles;

Etapa II - tendinitis y fibrosis irreversible;

Etapa III - lesiones del manguito rotador, ruptura bicipital y alteraciones óseas.

El tratamiento inicial se centra en la mejora de la funcionalidad y la reducción del dolor, por lo que generalmente es conservador, con uso de medicamentos y ayuda de fisioterapia, que debe incluir crioterapia - aplicación de hielo, movilización articular - mejora de la nutrición y movilidad articular, fortalecimiento muscular, estiramiento - para adquirir más flexibilidad y aumentar amplitud de movimiento del hombro, recursos electroterapéuticos - estimulación muscular, sensorial y analgesia, y ejercicios de propriocepción (equilibrio y sensibilidad). Tiene gran aplicabilidad y trae efectos muy positivos y rápidos, pudiendo ser observados ya en las primeras sesiones.

Pero vale recordar que el tipo de tratamiento varía de acuerdo con el grado de la lesión del paciente. Entonces, si la lesión es más grave, con presencia de ruptura y alteración ósea, es muy probable que necesitará intervención quirúrgica.

prevención

La prevención es un tanto complicada, ya que la región en sí es muy propicia a la lesión, la inestabilidad, poca vascularización e incluso por la propia anatomía del hombro. Sin embargo, algunos cuidados pueden ser tomados:

- Evitar movimientos muy rápidos o bruscos por encima de la línea de los hombros, o si es necesario, intentar hacer de la forma más natural mecánicamente posible.

- Mantener una buena tonicidad de los músculos fijadores de esa región, y si es posible, practicar el fortalecimiento.

- En la mayoría de los casos, la mayoría de las personas que sufren de síndrome de Down,.

Además de ellos, los cuidados en deportes y en ejercicios que requieran mucha solicitud y sobrecarga local es muy importante para que sea posible disminuir la probabilidad de ese tipo de lesión.

REFERENCIA: LIMA, Geisa Clementino de Souza; Y en el caso de las mujeres. Análisis de la funcionalidad y del dolor de individuos portadores de síndrome de impacto, sometidos a la intervención fisioterapéutica. En el caso de las mujeres. 20, n. 1, p. 61-69, ene./mar., 2007.