Musculación para obesos
demacraciónConsejos y cuidados importantes para quien está obeso y desea adelgazar haciendo musculación.
La musculación, o más específicamente el entrenamiento de fuerza, viene cada día más ganando espacio en lo que se refiere a la salud de las personas. Cada día más esta práctica viene dejando de ser considerada cosa para quien quiere quedarse sanado y ha ganado espacio en las poblaciones que buscan la mejora o mantenimiento de la salud.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define como obeso la persona que tiene su IMC en más de 30. A pesar de las limitaciones que el sistema del IMC presenta, creo que salvo atletas de fuerza, como fisiculturistas u otros atletas donde el peso elevado es como consecuencia de la masa magra, quien se encuadra en el grupo con IMC> 30 realmente está en estado de obesidad. Entre los innumerables problemas y riesgos que la obesidad trae al funcionamiento fisiológico y metabólico del organismo, la funcionalidad y la calidad de vida también acaba siendo bastante perjudicada por este cuadro.
Según Santarém (2003):
la capacidad de lograr realizar todas las actividades deseadas y necesarias, desde el punto de vista biomecánico y homeostático, sin riesgos para el perfecto funcionamiento del organismo humano, es como podemos definir una calidad de vida y funcionalidad satisfactorias. Con eso, podemos decir que las personas en estado de obesidad tienen un descenso considerable en su calidad de vida.
Cuidados necesarios
Para cambiar este cuadro, un programa de reeducación alimentaria y ejercicios físicos es fundamental. El problema es que si la funcionalidad ya está perjudicada, no podemos enmarcar a esta persona en cualquier metodología de entrenamiento. Imagínese una persona en estado de obesidad practicando carrera por ejemplo. El resultado para las articulaciones sería desastroso, además de que difícilmente esta persona conseguiría buenos resultados, debido a la biomecánica desfasada y resistencia aeróbica poco desarrollada. En este escenario, cada vez más la musculación viene ganando espacio. Como se mencionó en este artículo (musculación aplicada al adelgazamiento) la musculación es una importante aliada en la pérdida de las reservas adiposas, pues acelera el metabolismo durante un período de tiempo mayor y aumenta considerablemente el metabolismo basal. En este sentido, Matsudo (2002) apunta que a través de entrenamiento de fuerza, ocurre una mejora significativa en la velocidad del metabolismo, y la musculación además de todos los beneficios para la salud, mejora también lo que se refiere a la parte estética.
¿Cómo debe ser el entrenamiento de una persona obesa
El entrenamiento de una persona que es obesa tiene varias particularidades, y de ninguna manera quiero, por medio de este artículo, ofrecer un método que se encuadre en todos los públicos. Mi objetivo es ofrecer subsidios para que se sepa cómo debe ser la parte metodológica del entrenamiento, con las salvedades particulares de cada uno.
Una persona en estado de obesidad, la mayoría de las veces es sedentaria, y busca en la musculación un complemento para pérdida de grasa corporal, aliada a una buena alimentación. Quiero dejar bien claro que en este caso, sin un control alimentario rígido, de nada adelantará la práctica de la musculación.
El entrenamiento, debe inicialmente, buscar el desarrollo de la fuerza máxima y de la resistencia muscular, porque éstos además de mejorar el metabolismo basal, promover una base para el desarrollo físico. Ejercicios con una amplitud articular muy amplia, como el agachamiento profundo o el leg press deben ser evitados, pues esta persona ya tiene una sobrecarga natural en sus articulaciones. En el más el entrenamiento debe tener un enfoque integral, ejercitando todos los grandes grupos musculares de forma igual. Como los ejercicios de alto impacto no son muy recomendados para esta población, aparatos como el elíptico y la bicicleta estacionaria son los más indicados. La hidroginástica también puede ser un excelente complemento de la musculación. La frecuencia de entrenamiento debe ser de al menos 3 veces semanales y las otras prácticas se pueden hacer en dos días. En el más cada caso tendrá sus particularidades y no cabe discurrir sobre todas ellas aquí.
referencias:
MATSUDO, S.M. Nivel de actividad física de la población del estado de São Paulo: análisis de acuerdo con el género, edad, nivel socioeconómico, distribución geográfica y de conocimiento. Revista Brasileña de Ciencia y Movimiento. V. 10, n. 4, 2002, p. 41-50.
SANTARÉM, J.M.Entrenamiento de fuerza y potencia. El ejercicio: preparación fisiológica, evaluación médica, aspectos especiales y preventivos. San Pablo. Phorte, 2003, p. 275.