Cuando el entrenamiento físico no está bien conducido, puede traer complicaciones para la salud de los practicantes. Ver en este artículo más sobre el síndrome del piriforme!


La práctica de ejercicios físicos es muy importante para cuestiones de salud y funcionalidad, ¿verdad? Pues bien, no siempre eso sucede, pues si el entrenamiento no es bien conducido, él puede traer más maleficios que beneficios. Muchas lesiones pueden provenir de un entrenamiento mal planificado y mal ejecutado. En el caso del síndrome del piriforme, exceptuando los casos de variaciones anatómicas, es el entrenamiento uno de los principales factores causantes de esta lesión. Por eso, es muy importante entender cómo ocurre y de qué manera puede evitarse.

El síndrome del piriforme es la muestra completa de que incluso el fortalecimiento desmedido de algunos músculos puede no ser algo positivo. Todo va a depender del contexto y la forma en que se aplica el entrenamiento. Por eso, el conocimiento profundo del entrenador es fundamental. Ver ahora lo que es el síndrome del piriforme!

Piriforme, qué músculo es ese?

Muchos músculos de nuestro cuerpo tienen una función de estabilización de los movimientos. Los que se ubican en la región de la cadera, casi por regla general, tienen en algún momento la función de estabilización de algunos movimientos del cuerpo. El piriforme es un músculo más profundo de la región glútea, que tiene como principal función, la rotación y la abducción del fémur (muslo).

Hasta entonces, todo normal, pues este es un movimiento muy usado en el día a día y tiene como auxiliares otros músculos mayores y con mayor potencial de producción de fuerza. El problema comienza cuando vemos que en el medio del músculo piriforme, pasa uno de los conjuntos nerviosos más importantes y conocidos del cuerpo, el nervio ciático.

El hecho del nervio ciático que pasa entre este músculo (eso sucede con gran parte de las personas, pero en algunos casos, él puede pasar por el lado), hace que el piriforme tenga influencia directa en algunos dolores bastante corrientes.

Si este músculo es hipertrofiado o aún, si es muy utilizado en ciertas actividades, él causará la compresión del nervio ciático, que puede venir a inflamarse. Si esto ocurre, el individuo sentirá dolores en la región glútea, que muchas veces, pueden dificultar movimientos.

Los motivos para que ocurran el síndrome del piriforme pueden ser variados, como por ejemplo, quedarse mucho tiempo sentado (a), algunas variaciones anatómicas, hipertrofia de este músculo, falta de flexibilidad y otros.

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Vea ahora cómo prevenir la aparición del síndrome del piriforme!

Síndrome del piriforme, cómo prevenir?

Algunos movimientos muy usados ​​en el entrenamiento de glúteos pueden causar una hipertrofia en el piriforme y con eso, comprimir el nervio ciático. No es que usted deba abolir los ejercicios que implican rotación y abducción del fémur, pero tiene que saber que ellos deben ser hechos con cuidado.

Algunos ejercicios, como el de glúteos en 3 apoyos, con rotación del fémur al final del movimiento, pueden acentuar el síndrome del piriforme. Por lo tanto, evite usarlo con altas cargas o con alta frecuencia. Primero porque él no es el movimiento más eficiente para este tipo de entrenamiento y también, porque él puede causar este síndrome.

Pero uno de los principales motivos para que el síndrome del piriforme aparezca es justamente la falta de movilidad articular y de flexibilidad muscular. Si usted es "acortado", será más fácil el nervio ciático ser comprimido y causar dolor.

Por lo tanto, es muy importante que su rutina de entrenamientos contemple algunos ejercicios de flexibilidad para estos músculos. La falta de flexibilidad de la región glútea es uno de los mayores responsables de desalineamientos posturales, que acaban generando lesiones.

Si usted trabaja siempre sentado (a), también es importante que usted levante y camine con frecuencia, para poder mover toda esta estructura.

En general, el síndrome del piriforme puede ser evitado, siempre que no haya problemas con desvíos anatómicos. Pero para ello, su entrenamiento tiene que estar bien estructurado y su flexibilidad, bien trabajada en toda esta región.

Como ocurre el diagnóstico del síndrome del piriforme?

Este es también un asunto complejo. Pero antes de cualquier cosa, sólo un médico, preferentemente un ortopedista, es que puede diagnosticar el síndrome del piriforme. El problema, es que muchas veces el dolor irradia de la región glútea y los síntomas se confunden con el famoso dolor ciático en la región de la columna vertebral.

Por eso, el médico a menudo necesita una serie de exámenes para diagnosticar el síndrome del piriforme, para que pueda de hecho, la trata de la manera correcta.

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Tratamiento del síndrome del piriforme

En las fases más agudas del síndrome del piriforme, el más indicado es la suspensión del entrenamiento, además de la utilización de anti-inflamatorios. Compresas calientes y fisioterapia también pueden ser una buena salida, siempre y cuando el médico indique.

En fases menos agudas, la mejora de la flexibilidad de toda la región afectada ya puede ser una buena alternativa.

Es muy importante que usted tenga el acompañamiento de un médico, si tiene alguno de los síntomas del síndrome del piriforme. El dolor en la región glútea puede provenir de una serie de otros motivos, que necesitan ser tratados de manera correcta. Por lo tanto, no apueste en el tratamiento sin el diagnóstico médico adecuado.

La musculación, usada de la manera correcta, no sólo previene, cómo puede atenuar los problemas del síndrome del piriforme. Pero para eso, es necesario que el entrenamiento sea individualizado y haya un trabajo multidisciplinario, entre el educador físico, el fisioterapeuta y el médico. Buenos entrenamientos!