Después de un buen número de artículos de la serie sobre entrenamiento físico, más específicamente aplicado a la musculación, ya podemos tener una idea más amplia de cómo el entrenamiento tiene que ser manejado. En este artículo voy a tratar el principio de la variabilidad, que puede causar algunas confusiones, principalmente si se compara al principio de la especificidad.

Según Gomes da Costa (1996):


"Este principio también se denomina Principio de la Generalidad, y se fundamenta en la idea del Entrenamiento Total, o sea, enfocado en un desarrollo global, lo más completo posible, del individuo. Para ello se debe utilizar de las más variadas formas de entrenamiento ".

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Quien ya ha leído el artículo sobre el principio de la especificidad debe encontrarlo de cierta forma contradictorio. Pero no es, y déjeme explicar por qué. El principio de la especificidad dice que debemos tener un entrenamiento que debe estar de acuerdo con nuestros objetivos y metas y que debe englobar sólo lo que es de hecho importante. El principio de la variabilidad plaga una gama de estímulos diferentes. ¿Entonces se contradicen? Creo que no. Alternar los estímulos es importantísimo, también dentro de la musculación.
Como ya se ha tratado en el artículo que habla sobre cambio de entrenamiento (cuando debemos cambiar el entrenamiento), es importante que los estímulos no sean siempre iguales. Usted no necesita un entrenamiento, con el cambio de todos los ejercicios. Sin embargo, alterar otros componentes como carga, utilización de peso libre en caso de ejercicios en aparato, aumento de la intensidad entre otros son maneras de cambiar y tener más estímulos. Ningún principio es más importante que otro y, por lo tanto, ejecutar exactamente la misma serie, con los componentes extras sin sufrir alteración, no deja de respetar el principio de la especificidad, pero no respeta principios que se complementan, como esta de la variabilidad y el de la sobrecarga y de la continuidad.

Según Gomes da Costa (1996)


"Cuanto mayor sea la diversidad de los estímulos, siempre que éstos se ajusten a todos los conceptos de seguridad y eficiencia que deben regir cualquier actividad, mayores serán entonces las posibilidades de alcanzar un mejor desempeño y resultados".

La atención que debemos tener con este principio disminuye sustancialmente la posibilidad de la aparición de un Platón en el entrenamiento, o incluso la aparición de factores desestimulantes psicológicamente y actuando de forma contraria, además de actuar en la motivación y lo más importante, posibilidad de posibilitar el surgimiento de técnicas de entrenamiento más específicas y apropiadas. Pero es importante resaltar que usar o desarrollar una técnica nueva implica una gran cantidad de estudios y debates.

Con lo que tenemos de producción científica hasta hoy, podemos sin mayores dificultades tener un entrenamiento con amplia variabilidad, sin que seamos aventureros, que pisen terreno desconocido. En el caso del entrenamiento de fuerza, tenemos un gran número de posibilidad de entrenamiento, que pueden ser usados ​​de forma adecuada y proporcionar buenos resultados. Por lo tanto, no hay excusa para quedarse estancado en un entrenamiento que no produce más beneficios y que entre otros problemas, causa desaliento en el practicante.

Resumiendo todo esto, si usted busca buenos resultados en la musculación, sabe que necesita estar alternando los estímulos para respetar el principio de la variabilidad, este entrenamiento tiene que estar de acuerdo con sus objetivos, para respetar el principio de la especificidad. Además, necesita que su entrenamiento esté de acuerdo con los principios de la sobrecarga, de la continuidad, de la interdependencia del volumen e intensidad y de la individualidad biológica. Por más que parezca algo bastante complejo, y no deja de ser, un buen profesional puede ayudarte a tener un entrenamiento que englobe todos estos factores y así alcanzar lo que de hecho buscas.