Continuando la serie sobre los principios del entrenamiento de fuerza, en este artículo abordamos el principio de la adaptación. Este es un principio no sólo del entrenamiento de fuerza, sino que es un principio que se enmarca en todos los componentes de la naturaleza. Y a través del principio de la adaptación que Darwin estableció la teoría de la evolución. Así, la adaptación es sinónimo de evolución, ya sea orgánica o muscular. Si no fuésemos capacitados por este principio, el ser humano no conseguía habitar en tantos lugares, no se habría desarrollado y llegado a su estatus actual. Es este principio que nos permite evolucionar y mejorar, o en determinadas situaciones, empeorar, nuestra condición. Si su cuerpo recibe estímulos de manera correcta, se desarrolla y evoluciona. Si deja de recibir estímulos o los recibe de manera inadecuada, retrocede.

Según Weineck (1991):
"La adaptación es la ley más universal e importante de los seres vivos. Las adaptaciones biológicas se presentan como cambios funcionales y estructurales en prácticamente todos los sistemas. Bajo adaptaciones biológicas del ejercicio, se entienden las alteraciones de los órganos y sistemas funcionales, que aparecen como consecuencia de las actividades psicofísicas ".

Cada ejercicio genera una sobrecarga al cuerpo, se mueve en su homeostasis (estado en que se encuentra en el reposo). Si este ejercicio es sistemático e imponer un volumen y una intensidad necesarios para que se cambie esta condición inicial, se produce la adaptación.

Según Tubino (1990)
"Este principio del Entrenamiento está directamente ligado al fenómeno de la tensión". Para entender mejor el principio de la adaptación, debemos entender ante todo la homeostasis, que es el estado en que el cuerpo se encuentra cuando está inactivo o en reposo.
La homeostasis, es equilibrio estable del organismo humano en relación al medio ambiente en que vive, y sabiendo que esta estabilidad se modifica con cualquier alteración ambiental, o sea, para cada estímulo tendremos una respuesta. Y entendiendo por estímulos el calor, los ejercicios físicos, las emociones, las infecciones, y otros factores que mueven en nuestra estructura física y emocional, podemos concluir que la adaptación ocurre de la siguiente forma:

  1. Estímulos débil: no acarrean cambios.

  2. Estímulos medios: sólo excitan.

  3. Estímulos medios para fuertes: provocan adaptaciones.

  4. Estímulos muy fuertes: causan daños. (bidem, 1984).

Principio de la adaptación en la musculación

La musculación es uno de los ejercicios físicos que más fácilmente podemos evidenciar la adaptación. Como ya se ha explicado, si el estímulo queda entre medio y fuerte, tendremos la adaptación, a través de lo que la ciencia llama el Síndrome de Adaptación General. Este síndrome según Tubino, 1990:

"Es la reacción que el organismo tiene a los estímulos que provocan adaptaciones o daños al mismo, siendo que estos estímulos se denominan agentes estrés o entonces estresantes".

El síndrome de adaptación general (SAG) se divide básicamente en tres fases, hasta que el agente estresante en su acción alcanza entonces el límite de su capacidad fisiológica de compensación del organismo: la 1ª Fase es la de Reacción de alarma. La 2ª Fase es la de la resistencia (adaptación) y la 3ª Fase es la del agotamiento (ibidem, 1984).

En la fase de reacción de alarma, donde el cuerpo intenta restablecer la homeostasis, después entra en la fase de resistencia, donde ocurre de hecho los estímulos para la adaptación, y por fin el agotamiento, donde el cuerpo necesita de reposo para asimilar los estímulos y tornarse resistentes a ellos. Encontrar estos estímulos fuertes y medios requiere que usted tenga un buen profesor a su lado y mucha dedicación en su entrenamiento. Por eso, quede rodeado de buenos profesionales que sepan evaluar y prescribir un entrenamiento de calidad para usted.