A menudo es posible observar a individuos atletas o no, que tienen lesiones en los miembros inferiores del cuerpo, ya sea en tejidos duros, como huesos o incluso en los tejidos blandos, como los tendones, los músculos y algunas articulaciones. Entre ellas, las más frecuentes están entre la región de la cadera, en el origen de muchas de esas estructuras, hasta las rodillas, donde también se dan la inserción de éstas. Por otra parte, en este segundo caso, la incidencia es aún mayor. No es casual que los nombres como Derick Rose de los Chicago Bulls, Ronaldo Fenómeno, Özil, Gale Sayers entre otros tantos fueron retirados parcialmente o definitivamente del deporte debido a lesiones en esas estructuras.

Sin embargo, muchos evalúan apenas la lesión de manera localizada y desconsideran factores predisponentes que puedan haber originado o auxiliado en el desarrollo de aquella lesión. Entre estos factores, uno de los más comunes es el desnivel o el desequilibrio entre los músculos anteriores y posteriores del muslo, entre el cuadriceps femoral y los isquiotibiales, más precisamente. Por negligencia o falta de entrenamiento adecuado y bien instruido, se producen hechos que pueden ocurrir de manera repentina (aguda) o crónica, como rupturas y tendinopatías, respectivamente.

Los isquiotibios están constituidos por tres músculos, siendo el bíceps femoral, cuyas cabezas están originadas cerca de la tuberosidad isquiática y la inserción se realiza en la cabeza de la mandíbula y en el cóndilo lateral de la tibia; el músculo semitendíneo que se origina en la tuberosidad isquiática e insertado en la pata de ganso; y el músculo semimembranáceo, también originado en la tuberosidad isquiática e insertado en el cóndilo medial de la tibia. Estos tres músculos son potentes flexores de las rodillas, auxilian en las extensiones de la cadera y también en las rotaciones laterales del muslo (sólo el bíceps femoral) y rotación medial de las rodillas.

Siendo así, indiscutiblemente importantes a determinados movimientos, ellos no son limitados solamente a eso y es justamente en ese punto que empiezan a ocurrir los pecados por negligencia de entrenamientos o entrenamientos inadecuados. Los isquiotibiales también participan activamente en la extensión de las rodillas en movimientos de cadena cerrada (no es por casualidad que el Leg Press estimula estos músculos), participa pasivamente de la extensión de las rodillas en movimientos de cadena abierta, pues por la ley del antagonismo, ellos deben estar relajados para que los cuadriceps se extiendan adecuadamente.

Índice del artículo:

  • Participando de tantos movimientos, cuáles serían los perjuicios de entrenamientos inadecuados para los isquiotibiales y hasta la que podríamos considerarlo un factor de riesgo?
  • Pero entonces, cómo proceder adecuadamente el entrenamiento para los isquiotibiales?

Participando de tantos movimientos, cuáles serían los perjuicios de entrenamientos inadecuados para los isquiotibiales y hasta la que podríamos considerarlo un factor de riesgo?

Se sabe que, normalmente, el ratio de fuerza entre los isquiotibiales y el cuadriceps femoral está en torno al 50 y 80%, de acuerdo con el Journal of Athletic Training. Entonces, podemos entender los isquiotibiales como naturalmente menos fuertes que el cuadriceps femoral. En 2005, se publicó en The University of Ibadan que la fuerza de los isquiotibiales en hombres en comparación con el cuadriceps, normalmente es menor que cuando se compara con las mujeres. Mucho se debe al hecho de que la estimulación femenina para la región inferior y posterior de las piernas es mucho mayor. Sin embargo, las mujeres son más propensas a desarrollar lesiones por desequilibrios que los hombres. Esto debe evaluarse cuidadosamente a la hora de prescribir el entrenamiento.

Un estudio publicado en 2005 por la Revista Brasileña de promoción a la salud, de la Universidad de Fortaleza, estudió atletas de Jiu-Jitsu. En ese estudio, se observó que cerca de casi el 94% de los estudiados poseían algún tipo de lesión osteoarticular, siendo que de ese número, casi el 43% eran de lesiones en los ligamentos de las rodillas. Estas lesiones, normalmente eran ocasionadas por desniveles musculares, principalmente por la razón del agonismo y antagonismo. Por lo tanto, cita que el equilibrio entre agonistas y antagonistas debe ser preciso a fin de no generar posibles rupturas musculares.

Una reducción del 40-60% de fuerza en los isquiotibiales para el cuadriceps, los hacen susceptibles a las lesiones, pudiendo incluso disminuir la eficacia de la activación del cuadriceps femoral. En particular, las estructuras, además de los propios isquiotibios que se ven enormemente perjudicadas por ello, son los ligamentos de las rodillas, en particular los ligamentos cruzados posterior y anterior.

Existen estudios que aún se hacen posibles las observaciones de luchadores que poseen lesiones en la región posterior de la pierna justamente por hacer un gran fortalecimiento al cuadriceps femoral y descuidar los isquiotibiales, aun siendo importantes en la realización de la patada explosiva . Deben estar debidamente fortalecidos para que estos riesgos sean menores.

Incluso ejercicios de pliometría, ejercicios relacionados con el Crossfit, entre otros merecen una gran atención.

Pero entonces, cómo proceder adecuadamente el entrenamiento para los isquiotibiales?

A definir las individualidades y objetivos del individuo, se pueden hacer trabajos a partir de lo básico, a fin de generar una capacidad de respuesta mayor de la región con ejercicios como el levantamiento de tierras, el propio agachamiento libre e incluso ejercicios aislados como la mesa romana (mesa flexor). Este entrenamiento puede incluir, con el paso del tiempo, más ejercicios aisladores, como flexiones unilaterales de rodilla, cuatro apoyos (o el famoso "Chute de mula"), etc. Obviamente, dentro de ese campo, se pueden proponer variaciones, con la utilización de diversos equipos que pueden variar de máquinas, sacos de arena, cables, etc.

Por último, puede ser interesante para algunos atletas realizar ejercicios más complejos e incluso en isometría. Un buen ejemplo es la flexión nórdica, que se ha mostrado extremadamente eficaz en la solicitud de los isquiotibios y, en algunos casos, solicitando más que ejercicios básicos de piernas.

conclusión:

En conclusión, podemos llegar al punto de que los isquiotibiales son músculos de extrema importancia al cuerpo, pero muchas veces descuidados por falta de entrenamiento o incluso por entrenamiento incorrecto, ocasionando factores como desequilibrios musculares entre agonistas y antagonistas y pudiendo resultar en lesiones series o incluso en ineficacia de la solicitud del cuadriceps femoral.

Por lo tanto, utilice buenas estrategias y herramientas de entrenamiento, sepa periodizar su entrenamiento y busque siempre una buena y correcta orientación.

Buenos entrenamientos!

Artículo escrito por Marcelo Sendon (@marcelosendon)

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